AGR Almeria

Las energías renovables, una necesidad a corto plazo

  • Investigadores de CIESOL y Cajamar analizan las oportunidades de su implantación en invernadero

  • Con estos recursos se puede conseguir una agricultura más sostenible y economizar costes

Especialistas e investigadores del ámbito de las tecnología aplicada a la agricultura y de las energías renovables se dieron cita el pasado martes por la mañana en una fructífera jornada destinada a todo el sector organizada por Coexphal, CIESOL y Cajamar Caja Rural en la Estación Experimental de Las Palmerillas.

La implantación y gestión de las diferentes energías renovables en entornos productivos agrícolas fue el eje que centró la temática en esta jornada, aspecto además por el que pasa una parte importante del futuro del agro almeriense, que siempre se ha caracterizado por adaptarse a las nuevas exigencias tecnológicas sin prisa, pero sin pausa, y también por su capacidad de economizar los recursos de los que dispone.

Jesús Cuadrado, de Asempal Agua y Energías, fue el encargado de analizar el contexto energético en el que nos encontramos en estos momentos. Y lo hizo con una elocuencia aplastante. "En Almería tenemos un problema a día de hoy y es que no estamos actuando bien. Si seguimos así dentro de unos años pagaremos una multa que será inasumible", subrayó el ponente sobre la escasa innovación e implantación que hay en la actualidad en materia de energías renovables en el sector industrial, y particularmente en el agrícola, el más extendido y principal motor de la economía.

En unos pocos años, en torno a 2030, se va a necesitar un 40% del agua que tenemos y para 2050 un 55, a lo que hay que añadir un 60% más de alimentos, un 70% más de energía y un 100% de electricidad. Cuadrado asegura que el modelo almeriense es bueno, pero hay tendencias que van a afectar y que hay que ir previniendo desde este momento. En el caso del agua, la provincia es pobre y tiene un déficit hídrico de 166 hectómetros cúbicos por año. Además, Almería necesita tres veces más energía para su sistema agrario que la que demanda el existente en el resto de la región. Pero no todo son malas noticias, también las hay buenas. "Somos ricos en recursos. La energía solar y eólica son muy buena y la clave pasa por innovar para abaratar recursos por aquí", sostiene Cuadrado, quien avisa sobre "una innovación energética aún testimonial y que no se está llevando al mercado. Hay demanda y oportunidades", apunta un ponente que considera que la hoja de ruta debe pasar por el trabajo en la comercialización de energía y la autosuficiencia. Y para ello es necesario un clúster entre las empresas implicadas del sector para ejercer presión a la administración sobre estas necesidades y que sea el sector empresarial quien tire del carro, y no al revés.

En este contexto, el investigador Manuel García de UAL-CIESOL, analizó el marco tecnológico para la implantación de las energías renovables en los invernaderos almerienses, que ya desde la década de los ochenta comenzaron una andadura que años después tuvo su retroceso en lo que a energía fotovoltáica se refiere.

La agricultura almeriense no se puede concebir sin el apoyo energético. Según las investigaciones basadas en la innovación en las que trabaja García dentro de CIESOL, sostiene que con la integración de las energías renovables, y en particular la energía solar, en los procesos productivos en invernadero en la provincia debe seguir considerándose como un mecanismo de relevancia para la reducción del impacto medioambiental.

Esta investigación plantea el sector de la agricultura intensiva como un todo donde hay que tener en cuenta varios elementos y todos ellos dependientes de una actividad principal, que es la producción hortofrutícola y donde se pueden establecer redes energéticas inteligentes. Estos elementos son la generación de insumos para la producción hortícola (industrias de fabricación plástico y envases, industrias de fertilizantes y agroquímicos, semilleros, …) y la producción propiamente dicha, la poscosecha (conservación, tratamiento...). El reto en el que trabajan es establecer la estructura que permita hacer frente a esta multiplicidad y satisfacerlas de manera conjunta, tanto en términos de suministro como potencia y teniendo en cuenta las necesidades puntuales o picos que pueden tener cada una de ellas.

Todos estos elementos constituyen la base, o más bien las necesidades, en las que se tienen que basar las investigaciones de cara a la implantación de las energías renovables desde el punto de vista de la agricultura intensiva. Existe la base tecnológica que permite ejecutar acciones organizadas y comunes para conseguirlo.

La estructura que plantean desde el punto de vista renovable se basa en que todos los elementos estén interconectados y tengan la posibilidad de autogeneración cada uno de ellos, donde juega un papel fundamental el autoalmacenamiento. Una vez establecida la red es esencial la gestión y el control de salida. Así se gestionarían también los residuos desde un punto de vista energético y que cubrirían una parte solo de las demandas, pero sí soluciona el problema de su eliminación.

La estructura que plantean desde el punto de vista renovable se basa en que todos los elementos estén interconectados y tengan la posibilidad de autogeneración cada uno de ellos, donde juega un papel fundamental el autoalmacenamiento. Una vez establecida la red es esencial la gestión y el control de salida. Así se gestionarían también los residuos desde un punto de vista energético y que cubrirían una parte solo de las demandas, pero sí soluciona el problema de su eliminación.

"Nosotros no vamos a producir o a generar tecnológicamente nuevos conceptos. Los grandes avances tecnológicos se están produciendo ahora mismo a nivel de ciencia de los materiales y la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación a la gestión energética", explica Manuel García.

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