AGR Almeria

"El melón no caerá, solo se perderán algunas variedades"

  • Raúl Gómez es agricultor en La Mojonera y sigue confiando en el este cultivo de primavera para la recta final de la campaña

  • Lleva 20 años plantándolo

Raúl Gómez, joven agricultor de La Mojonera, ha vuelto a cultivar melón esta campaña, aunque menor cantidad.

Raúl Gómez, joven agricultor de La Mojonera, ha vuelto a cultivar melón esta campaña, aunque menor cantidad. / javier alonso

Raúl Gómez es un agricultor de La Mojonera con fincas en la zona de El Grajo en La Mojonera y en San Agustín, las cuales gestiona junto a su hermano David. Un año más, han decidido recurrir al melón para la recta final de campaña, pero en menor medida que la anterior. Al igual que otros agricultores, ellos en parte también han optado por mantener su cultivo de invierno, en este caso el pepino en el Grajo, donde aún le está dando pingües beneficios por las condiciones climatológicas de esta zona.

Es un síntoma más de que el melón no atraviesa su mejor momento, y parece tener el síndrome que ya padeció la judía en el campo almeriense y que la hizo prácticamente desaparecer, llevándose Marruecos su producción. De hecho, el vicepresidente de la Cámara de Comercio, también gerente de Vicasol, José Manuel Fernández, apuntó qué de seguir así, "el melón se terminará perdiendo", en un balance que realizó el pasado mes de enero sobre el inicio de campaña.

Sin embargo, Raúl no lo da por 'muerto'. "No creo que caiga el melón. Sí que es verdad que se perderán variedades como el Galia o el Cantaloup, cada vez menos demandados, pero se terminarán produciendo variedades de sabor por delante del formato. Yo llevo 20 años plantando melón y mi experiencia me dice que eso es lo que va a pasar y hay indicios. En mi caso, esta campaña he cultivado un ensayo de unas 150 plantas de un melón amarillo de carne naranja muy dulce", explica. Según datos de la Delegación territorial de Agricultura en Almería, para la campaña de primavera 2016-2017, se estima una superficie ligeramente inferior a la de la anterior, con una caída del 5%. Pero es que ya en la 2015-2016 perdió un 16,3% y, por ende, también la producción que bajó en un 16,1 y contabilizó un total de 96.418 toneladas.

Además, en su duelo con el otro cultivo de primavera por antonomasia, la sandía, sale perdiendo por goleada. En su caso, también sufrirá una merma esta campaña, aunque será solo de un 2% menos en cuanto a superficie, alcanzando las 8.450 hectáreas por las 2.340 de melón. La leve caída en ambos casos tiene su particularidad este año, y no es otra que la mejora de las cotizaciones en origen que han tenido buena parte de los cultivos convencionales y que ha dado lugar a que muchos agricultores aguanten sus cosechas e, incluso, volver a sembrar un nuevo ciclo. El pimiento, por ejemplo, ha tenido un buen comportamiento, sobre todo el italiano dulce. El tomate también se mantiene con unos precios benignos para el agricultor, al igual que el pepino.

Uno de los principales factores que se achaca a un melón cada vez más languidecido pasa por su modo de comercialización. A diferencia de la sandía, que cuenta con unas programaciones comerciales que le dan una gran salida, caso de Fashion o Bouquet, el melón no cuenta con una plataforma como puede ser una marca propia que le de ese soporte para mantenerse fuerte y de ahí que, a priori, más productores que habitualmente lo plantan no apuesten por él.

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