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Marruecos, la amenaza viene del sur

  • La agricultura de este país está en plena expansión y se ha convertido en un serio competidor para Almería

  • Diego Valera, director de Ciaimbital, recoge en un estudio las claves para salvar este escollo, donde el I+D es vital

>el sector agroalimentario almeriense tiene un hueso duro de roer en Marruecos, al que ve crecer cada campaña en producción y también en cuota de mercado dentro del continente europeo, por lo que ya es, a todas luces, un competidor muy serio a la hora de comercializar las hortalizas de la provincia.

En los últimos años, Almería ha venido aumentando su superficie productiva aprovechar su posición como principal proveedor en Europa, pero a la par, el país africano ha hecho los deberes y la agricultura local es consciente de que la clave de su triunfo va a estar en adelantarse a las demandas de los propios clientes. Es decir, ganar la partida del valor añadido en sus productos, y eso solo pasa por la innovación. El invernadero almeriense y su manejo agronómico pasa necesariamente por la dotación de la última tecnología, adaptada a las condiciones específicas de la producción local.

Precisamente, en el ámbito del I+D, Almería cuenta con investigadores más que contrastados, artífices de algunos de los mayores hitos que no han hecho más que mejorar el modelo agrícola en los últimos tiempos. Junto a el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) y la Estación Experimental Las Palmerillas, de Cajamar, la Universidad de Almería conforma el gran núcleo de investigadores que trabajan diariamente la agricultura local. Uno de estos investigadores es Diego Valera, director del Centro de Investigación en Agrosistemas Intensivos Mediterráneos y Biotecnología Agroalimentaria de la Universidad de Almería (Ciaimbital), que ha elaborado un estudio sobre las características del invernadero y el sistema productivo marroquí. Un trabajo sin desperdicio del que él mismo protagonista extrajo las conclusiones el pasado martes 18 en el Ministerio. Su finalidad es que la forma de trabajar en el país africano sirva como referencia para marcar las distancias e, incluso, plantear la posibilidad de extrapolar algunos de sus mecanismos, igual que pasa con el caso holandés, otra de las grandes amenazas por su gran potencial.

Larache, Kenitra y Agadir-Sous Massa son las principales zonas productoras en Marruecos, donde se concentran buena parte de sus invernaderos. De su cultivo total, un 63,1% corresponde a tomate y representa el 83% de sus exportaciones.

En Agadir cuentan con una buena disponibilidad de terreno, así como calidad de suelos y agua. También de las mejores condiciones climatológicas para el cultivo de las zonas productoras, con una temperatura media de 19 grados, un elevado número de horas de sol, y un régimen muy equilibrado, 8,6º, entre enero y agosto.

Según el estudio de Valera, titulado 'Tecnología y manejo del cultivo en invernaderos, retos y factores de éxito: Visión sobre Marruecos', en el país africano existe un buen engranaje entre las condiciones de los enclaves productores, el capital extranjero que está fomentando la agricultura y el bajo coste de la mano de obra. Unos elementos que mezclados en una coctelera dan como resultante un auge de su modelo, el cual cada vez es más competitivo.

De hecho, en el estudio se puede ver como los valores de la comercialización marroquí son crecientes campaña tras campaña, mientras que en el agro español estos cuentan con una mayor inestabilidad, con picos crecientes y decrecientes, en los que han podido afectar diferentes vicisitudes como la climatología, los acuerdos políticos e, incluso, la inclusión de las propias partidas de un país africano que siguen ganando cuota. En Marruecos, las explotaciones encuestadas según Diego Luis Valera, tienen una superficie media de 12 hectáreas, 7 correspondientes a invenadero, por las 2 de media en Almería, y el resto al aire libre.

Los invernaderos son mayoritariamente de tipo Canario (4 euros/m2), con estructura de madera o metálica y cubierta plástica. Además, se caracterizan por por tener mayor superficie de ventilación (Sv 32,1%), al colocar ventanas fijas tanto en las cumbreras como en las vertientes de todos los módulos. En la mayoría de los casos se cultiva en suelo natural, aunque también se realiza arenado.

En el estudio se analizan cuáles son los puntos débiles de su sector agrario en este momento. Cuentan con una productividad por debajo de su potencial real, por lo que el margen de mejora es importante. En 2012 los rendimientos eran de 14,5 kilos/m2 de media, en la campaña 2015/16 de 23,5 kg/m2. Igualmente, según la Oficina Regional de Puesta en Valor Agrario de Souss Massa (ORMVA/SM) existe debilidad en el control del coste de los insumos, en las infraestructuras, y se requiere incrementar las exportaciones, además de un mayor apoyo de las organizaciones profesionales en el proceso de desarrollo agrícola.

El Ministerio de Agricultura y Pesca marítima del país africano presentó el "Plan Marruecos Verde" (Le Maroc Vert) en 2008 como una estrategia ambiciosa que pretende convertir la agricultura en motor de desarrollo social y económico del país, tiene por objetivo desarrollar la agricultura mediante el apoyo de inversiones privadas extranjeras y consolidar los éxitos adquiridos adaptándose a los nuevos retos de competitividad y de reducción de las disparidades. Se marca como objetivo aumentar un 76% el sector hortofrutícola desde 2011 a 2020 y alcanzar la transformación en regadío de 555.000 hetáreas. Además, plantea la creación de 6 agrópolis (Meknés, Berkane, Souss, Gharb, Tadla y Haouz), la potenciación de la Agencia para el Desarrollo Agrícola, desarrollar proyectos integrales, más invernaderos, mejorar la eficiencia del uso del agua, desalinización y valorización de la producción; desarrollar los mercados a nivel nacional e internacional y mejorar la organización del mercado local; y mejorar las condiciones del sector con la creación de la interprofesional, la supervisión de los productores, la inversión en formación, investigación y desarrollo, y la creación de un sistema de seguros agrarios.

'Tecnología y manejo del cultivo en invernaderos, retos y factores de éxito: Visión sobre Marruecos' refleja como la rentabilidad de los invernaderos del país africano en el cultivo analizado, el tomate, es mayor que la almeriense, la cual queda comprometida. El coste total de producción es 0,086-0,127 euros/kg por los 0,392-0,875 euros/kg para los agricultores de la provincia.

Partiendo de la premisa clara, que es la expansión de los invernaderos marroquíes. Según la propia opinión de Diego Luis Valera, los invernaderos almerienses, y por ende, los de todo el país, necesitan "mejorar la comercialización para garantizar un precio justo al agricultor y la concentración de la oferta; aumentar el abanico de productos, mejorar y diversificar las infraestructuras y medios de transporte de mercancías por Europa (importante el transporte marítimo); garantizar el suministro de agua de buena calidad y a un precio justo; apoyar las mejoras en estructuras de invernaderos; desarrollar mejores sistemas de gestión de los subproductos vegetales; y nuevos desarrollos en control biológico e impulso a la agricultura ecológica".

Y por supuesto, el impulso de la investigación, la Innovación y la transferencia, son los pilares fundamentales en los que se debe sostener el agro almeriense ya no del futuro, sino del presente.

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