AGR Almeria

, el escaparate al mundo del modelo invernado

  • Cada año exhibe a unas 10.000 personas el trabajo que se lleva a cabo en el campo almeriense bajo una filosofía de vida sostenible y respetuosa con el medio ambiente

Cuando el turista se adentra en el invernadero de Lola Gómez Ferrón se traslada a otra dimensión, una en la que, sin necesidad de conocimientos sobre agricultura, permite al usuario acercarse al modelo de producción de frutas y hortalizas bajo abrigo que ha hecho famoso al sureste de España desde hace más de medio siglo, a pesar de la escasez de recursos tan importantes como el agua y, precisamente, optimizándolos y respetando el entorno en el que se desarrolla.

Al llegar a Clisol Agro, ubicada en El Ejido, donde cuenta con dos fincas que suman algo más de dos hectáreas, ella recibe al grupo de turistas a la puerta. Allí les sitúa, les da las claves de la agricultura invernada almeriense, su evolución hasta la actualidad y los retos que aún siguen pendientes, con la necesidad de agua para el riego a un precio razonable, así como el uso de energías renovables para abaratar los costes, entre los principales.

En todo momento, Lola pregunta al grupo si tienen alguna cuestión para resolverla y dar su punto de vista. Siempre con ese poso de sabiduría que le da la experiencia, pues es hija y nieta de agricultores y se ha criado en el campo, donde lo ha aprendido todo, de forma autodidacta, compartiendo experiencias con agricultores, ingenieros agrónomos, asesores de semillas, expertos en control biológico, técnicos de fertirriego... Y aún sigue aprendiendo, a sus 50 años. Con la ilusión intacta, como el primer día.

Conversar con Lola sobre agricultura equivale a abrir una enciclopedia de varios tomos. De sus palabras, como si fueran páginas, brotan el cómo, el qué, el cuándo, el dónde o el por qué de este modelo de agricultura bajo plástico. Y lo hacen con una pasión inenarrable.

Los turistas cuando llegan no lo saben. Pero a medida que avanza la visita, Lola los 'atrapa' con sus explicaciones. Ella misma reconoce que nunca se ha quejado nadie, a lo largo de los más de quince años que lleva realizando este trabajo, del que es pionera a escala nacional, pues suyo es el mérito de haber creado una nueva rama turística denominada agroturismo, dentro de la reciente tendencia del turismo industrial tan explotada en segmentos como las bodegas de vino, entre otros.

Tampoco necesita convencer a nadie. Simplemente, el que entra en Clisol Agro, si nunca ha visto un invernadero hasta ese momento, sale con una experiencia única, pues conoce un modelo agrícola diametralmente opuesto a la imagen tópica que podía traer en la mente, excesivamente dañada por intereses comerciales en la gran mayoría de los casos.

Tras la introducción inicial, el grupo acompaña a Lola Gómez Ferrón hasta sus invernaderos para conocer in situ cómo se cultiva un pimiento o un tomate cherry bajo abrigo.

Ella muestra en qué consiste el control biológico, con la suelta de los enemigos naturales de las diferentes plagas, algunos, como el Nesidiocoris tenuis, visibles al ojo humano. Explica cuál es la labor que realiza esta fauna auxiliar y por qué ha calado tanto en la provincia, a raíz de la (desgraciadamente) famosa crisis del isofenfos metil, en diciembre de 2006, así como el buen hacer de los abejorros en su tarea de polinización, el uso de trampas con feromonas que atraen a los 'bichos malos', el uso de sulfato de cobre en las hojas para fortalecer el cultivo ante posibles enfermedades...

No faltan las cuestiones sobre la técnica del riego hidropónico, es decir, el cultivo sin suelo, el uso de fibra de coco para cultivar las plantas, la recogida del agua para su reutilización tras el riego o cómo se optimiza cada gota gracias a la tecnología y la mejor manera de ventilar un invernadero.

El origen de Clisol Agro como empresa pionera en agroturismo está en lo ocurrido en el año 2000 con los sucesos de El Ejido y la imagen que se proyectó al mundo de esta provincia. Ese fue el detonante para que Gómez Ferrón pusiera en marcha un proyecto que llevaba ya tiempo rondando en su mente. Tras una quincena de años dedicada a esta actividad, Lola Gómez Ferrón recibe una media de alrededor de 10.000 visitas al año.

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