Miguel Ángel Navarro, el camionero sin camión, vuelve a la carga. Tras distintos episodios para evitar "quedarme sin mi vivienda" y conseguir que les tendieran la mano, está de nuevo desangelado. "Hace unas semanas la abuela se encerró en un cajero, la demandaron por secuestro, yo me fui en pañales hasta Málaga". Con un historial de protestas que rebosa originalidad, ahora ha decidido pasar la mañana acampado frente a la oficina bancaria de Unicaja que se encuentra en Campohermoso. "Llamamos a Atención al Cliente donde nos dijeron que nos iban a ayudar, pero nada más lejos de la realidad. No me hacen efectivos los pagarés, me los han quitado de la cuenta, me piden el importe". "Ya hace tiempo que perdí el camión, la empresa... lo perdí todo. Ahora mi madre me está echando una mano pero Unicaja va a por mi otra casa y estoy buscando soluciones". Resalta que, entre las últimas novedades se encuentra "la rescisión del contrato de la hipoteca, me están pidiendo 30.000 euros para que deje de estar con ellos y me han amenazado con que si no pago me quitarán la casa".

Su madre ya lleva sobre sus espaldas un extenso historial de protestas. "Ella ya se encadenó a un cajero hace poco tiempo y esta mañana iremos con tiendas de campaña a pasar la mañana frente a Unicaja, concretamente a la que se encuentra en Campohermoso, en la carretera que va en dirección San Isidro".

Navarro espera que los ciudadanos les acompañen en una protesta que él considera "totalmente justa y necesaria" porque "nos han engañado, y eso está claro. No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que cuando nos dijeron una cosa... terminaron haciendo la otra". "Lo que estamos pasando es algo que no le deseo a nadie, porque es infinito, parece no terminar nunca y porque estamos muy mal, siempre bajo tensión. Ahora me está ayudando mi madre, lo he necesitado". El camionero sin camión quiere que cuanto antes "se solucione ya que esto no es vida, estar pensando siempre cómo vamos a pedir justicia la próxima vez".