Almería demostró un año más, y ya van unos cuantos, que quiere a su Patrona y que está con ella en este acto ya tradicional después de cada Navidad. La Hermandad de la Santísima Virgen del Mar celebró ayer el 513º Aniversario de la aparición de la imagen en la playa de Torregarcía, que fue divisada por el vigía Andrés de Jaén desde el torreón.

La jornada comenzó bien temprano en el Santuario de Santo Domingo, sede canónica de la corporación y donde radica la Patrona durante todo el año. El tiempo dio una tregua a estas horas aunque las rachas de viento fueron a más conforme avanzó el día. A las ocho y media comenzó la Misa de Romeros en el interior del templo a cargo del Subprior Padre Fray Florencio Turrado. Al concluir la Eucaristía, la Madre de los almerienses fue llevada a hombros por sus horquilleros y devotos hasta la Plaza que recibe su propio nombre, Virgen del Mar. Las andas fueron dirigidas desde fuera por Eduardo de Vicente y José Alejandro Suárez López, que harían lo propio durante toda la jornada. La imagen, bajo su templete, fue enganchada al todoterreno que la transportó hasta le Ermita de Torregarcía, donde llegó la pasados unos minutos de las diez y cuarto de la mañana. Desde el aparcamiento fue llevada nuevamente a hombros hasta la Ermita donde apareció para quedarse hace más de 500 años. Fueron muchos los devotos, fieles y feligreses que ya la esperaban en ese momento. Durante toda la mañana no cesaron de pasar almerienses a rezar ante sus plantas. Además, muchos grupos deportivos (runners, ciclistas o motos antiguas), culturales (como la Asociación Folklórica Alcazaba, que bailó en el escenario) y, como no, hermandades (como la del Rocío que salió a las 05:00 del Santuario y peregrinó andando hasta la Ermita) pasaron por la playa de Torregarcía para estar con Ella.

A las 12:00 comenzó la Eucaristía presidida por el Obispo de la Diócesis, Adolfo González Montes. A la misma asistió el alcalde de la ciudad, Ramón Fernández-Pacheco y todo su equipo de gobierno. También hubo representación de Diputación y representantes militares y cofrades. Tras la Misa, nuevamente se abrió la Ermita para que todo el que quisiese pudiese postrarse ante la Virgen del Mar y rezarle.

Los ambigús congregaron a multitud de personas a la hora del almuerzo antes de que el viento soplase con intensidad obligando, a muchos de estos, a recoger antes de tiempo. Otras personas se reunieron en grupo para disfrutar de una jornada de Romería en convivencia bien con barbacoa o bien con platos para compartir.

Tras ello, a las cinco de la tarde, la Patrona fue llevada nuevamente a hombros por sus horquilleros y hermanos hasta el todoterreno que la traería de vuelta a la capital. Durante su trayecto visitó las parroquias de El Alquián, La Cañada, El Puche (novedad de este año), Los Molinos (donde fue recibida por la Hermandad de Coronación), el Seminario Diocesano y la de San José, donde la esperaron a sones de gaita y tamboril de los Tamborileros de Almería y le rezaron la Salve además de cantarle el himno entre el estruendo de cohetes. La imagen, sobre su templete, prosiguió hasta la Plaza de San Sebastián donde se detuvo el coche para bajar a la misma y fuese, desde allí, llevada a hombros hasta el interior de su templo. Pasadas las siete y media de la tarde comenzó la procesión de regreso. Emotivo fue el paso por el Paseo de la ciudad, aun con algún que otro adorno navideño, a los sones musicales de la Banda Municipal de Almería.

Tras encargar la calle General Tamayo la procesión llegó a la Plaza de la Virgen del Mar. Allí se cantó la Salve y el Subprior dio la bendición a todos los presentes. Con la interpretación de la Marcha Real, la imagen fue llevadas hasta el interior de su casa donde aguardará, Dios Mediante, hasta el mes de agosto en el que saldrá por su Festividad, poniendo así fin a una magnífica jornada de romería donde disfrutaron todos los públicos y de todas las edades.