La filial número 69 de Almonte ya camina, por trigésimoprimer año consecutivo hasta el municipio onubense para encontrarse una vez más con la Reina de las Marismas. Ayer sábado tuvo lugar en la Iglesia de San Pedro Apóstol, sede canónica de esta hermandad, la tradicional Misa de Romeros previa a un nuevo caminar hacia la Blanca Paloma. A las once de la mañana, como estaba anunciado, Esteban Belmonte subió al Altar Mayor del templo para oficiar la Santa Misa. Durante la Eucaristía intervino el Coro de la Hermandad de Almería, que interpretó varios temas durante la homilía y ofertorio y también el Grupo de Tamborileros de la corporación capitalina.

Una vez finalizada la Santa Misa y tras el rezo de la Salve, el Simpecado fue portado por el vocal de cultos desde el Altar Mayor hasta la Plaza de San Pedro para despedirse de su casa hasta dentro de 11 días. Allí fue entronizado por el alcalde de carretas en la bella carreta de plata para comenzar la salida de carretas y la procesión de despedida por la ciudad.

El itinerario, que la hermandad realizó en casi tres horas, discurrió por varios momentos especiales como la visita a la Virgen de la Soledad, con la que la corporación está hermanada, con cante incluido del coro a la decana almeriense. También fue especial la visita a las hermanas Clarisas, que rezan durante todo el año por los fieles y devotos que ayer demostraron que las glorias en Almería también tienen cabida. En la Catedral, el Simpecado fue desentronizado de su carreta para visitar al Patrón, San Indalecio, y despedirse del primer templo de la Diócesis almeriense. La última visita, sin desmerecer al resto, fue quizás la más especial al encontrarse la hermandad del Rocío con la Patrona de la ciudad, la Santísima Virgen del Mar Coronada. Los tamborileros interpretaron el himno a la Patrona y el coro también cantó una pieza.

Después de esto, la carreta se dirigió hacia el Paseo de Almería y Reina Regente para desembocar en Carretera de Ronda hasta llegar al Parque de las Almadrabillas donde este año, en detrimento de la Plaza Vieja, la hermandad celebró su convivencia. Después de tomar unas viandas y cantar y rezar al Simpecado, la carreta fue enganchada en el coche a las siete y media de la tarde y se dirigió hacia El Ejido, otra novedad este año ya que en los últimos la corporación venía haciendo noche en la Plaza de la Administración Vieja antes de partir hacia Fiñana.

Casi una hora después, la comitiva llegó hasta el Parque Municipal de El Ejido donde se instaló para hacer pernocta. A las doce de la noche, la hermandad rezó el Santo Rosario ante la carreta iluminada con el Bendito Simpecado almeriense. Hoy, tras la Misa, partirán hacia Paradas (Sevilla).