Almería

Cae una balconada de la Plaza Vieja por el letargo de la obra de rehabilitación

  • No ha habido daños personales, pero la zona está acordonada ante posibles nuevos desprendimientos · Técnicos municipales evalúan las condiciones de seguridad

Parte de uno de los antiguos balcones del viejo Ayuntamiento de Almería, el situado sobre las dependencias del Grupo Municipal Socialista, cedió el pasado fin de semana. No ha habido daños personales, pero el desprendimiento no es sino un toque de atención del propio edificio a los gestores políticos, Gobierno andaluz y local, ante el letargo de las obras de rehabilitación de la Casa Consistorial y Plaza Vieja, proyectadas desde hace siete años.

La plaza del Rey, situada entre la Uned y la única entrada lateral por la que se puede acceder todavía al Ayuntamiento, se encuentra acordonada como medida de prevención ante posibles nuevos desprendimientos, mientras que los técnicos del área de Obras Públicas evalúan la dimensión de los daños y las condiciones de seguridad de los propios trabajadores de la empresa Aldesa, adjudicataria de las obras de rehabilitación, según informó ayer el concejal de Urbanismo, Juan Megino.

El edil admitió que este desprendimiento tiene por causa el letargo de la restauración de la Plaza Vieja, ya que la actuación "no avanza con la rapidez que debiera debido a muchas dificultades" con las que se han topado las obras y a la tardanza en contar con el proyecto.

No se refiere Megino a los trabajos contemplados en la primera fase -consistente en la construcción de un nuevo edificio en las dependencias ocupadas antes por Urbanismo y ya de por sí con retrasos-, sino al proyecto y tareas incluidas en la segunda fase. La balconada, que ha quedado reducida a la mitad, forma parte de los elementos a conservar incluidos en este segundo proyecto, que está centrado principalmente en el edificio principal del Ayuntamiento y la recuperación de los inmuebles laterales -las casas Yedó y Prats-, además de reformar la propia Plaza Vieja.

Los políticos no ofrecen fechas de cuándo debía haber estado en marcha las obras de la segunda fase, aunque Megino sí recuerda que la intención municipal era de la "solapar ambas actuaciones" con la intención de acortar tiempos. Una buena intención ésta, sobre todo, teniendo en cuenta las paralizaciones consecutivas sufridas en los primeros años de obras por desacuerdos con la empresa adjudicataria.

"No ha podido ser porque no ha sido hasta hace unos días cuando hemos tenido el proyecto básico", explica el representante municipal, quien achaca la responsabilidad de la tardanza a la Consejería de Obras Públicas de la Junta, de la que depende la Empresa Municipal de Suelo de Andalucía (Epsa). "Estamos sufriendo la falta de celeridad de quien tiene que exigirle al arquitecto, Epsa", señaló Megino, quien también subrayó el "más de un año" de retrasos en la entrega de este segundo proyecto debido a las exigencias de conservación de la Delegación de Cultura. "El arquitecto -el sevillano José Ramón Sierra Delgado- no estimaba necesario conservar la escalera principal y el artesonado del Salón de Plenos, y han sido muchos meses discutiendo con la Delegación de Cultura, cuando el artesano, al final, no es de madera, sino de escayola", comentó Megino.

Al menos, con el objetivo de restar meses al estirado cronograma de trabajos, la Junta y el Ayuntamiento acordaron a finales del pasado mes conformarse con el proyecto básico de la segunda fase para empezar las obras comprendidas en la misma sin esperar a que Sierra Delgado entregue el definitivo.

No obstante, aún no puede abordarse la segunda fase, ya que todavía está pendiente la firma del convenio de colaboración entre la Junta y el Ayuntamiento, que reparte la financiación entre ambas administraciones al 50% y por el que Urbanismo quiere tener un mayor control sobre el proceso de elección de la futura empresa adjudicataria, una decisión que en la anterior fase recayó sobre Epsa.

El responsable municipal, que tiene previsto girar una visita de inspección hoy a las obras, mantiene que el ritmo de los trabajos es ahora no sólo correcto, sino "dinámico", pese a que el número de obreros visible es escaso. Será mayor, según explicó Megino recientemente, cuando se aborden otras tareas ya propias de la vestimenta del nuevo edificio.

La fecha para la conclusión de los trabajos de esta primera fase la sitúa la empresa en el último trimestre de este año. "Ese es el compromiso que nos trasladó Aldesa, aunque no pueden concretar si terminaran en octubre o en noviembre", añadió el edil.

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