Crónicas desde la ciudad

Casa Puga (y II). Ayer y hoy

  • Referente. Con Leo y José Martín al frente, el histórico establecimiento mantiene los parámetros de calidad que distingue desde tiempos remotos a un clásico de la hostelería almeriense

Quien emprenda una ruta gastronómica por su centro (deAlmería) y no visite al menos uno de sus establecimientos de toda la vida, con cincuenta años de historias de bar a sus espaldas, el que menos, que no vaya diciendo luego que ha estado tapeando por estos lares.

Quizás pueda empezar por CASA PUGA (Jovellanos, 7), con sus azulejos andaluces y sus gambas con gabardina que losmás entendidos acompañan con un chato (vaso de corta estatura) del vino de la casa: cada principio de temporada, el propietario se va con un grupo de clientes a catar en varias bodegas de aquella zona (La Alpujarra) y se trae el que más le guste…Tal que así firmaba Elena Sevillano en la página de Turismo España. Atinado juicio para el inicio del artículo al que lógicamente debemos añadir la génesis y desarrollo histórico antes de llegar a la espléndida realidad de nuestro referente tapeador capitalino.

La tradición de adquirir en la Contraviesa granadina el único caldo a granel que se consume (vino “costa”) fue instaurada por Juan Puga en 1929. Sus hoy propietarios, Leo y José Martín, acompañados de un grupo deamigos, se desplaza en primavera al cortijo Los Salas donde tras selección previa se apalabran las 800-900 arrobas de 16 litros que se consumen anualmente: ha regresado de Albuñol el industrial de esta plaza donJuan Puga Antequera, donde ha permanecido varios días haciendo sus compras y eligiendo el rico vinoque le sirve a su distinguida clientela

LÓPEZ DE SAGREDO 

El caserón-hospedería del regidor Álvaro de Solís del que ayer escribíamos, semantuvo firme hasta avanzado el siglo XIX en que lo compró Fernando López de Sagredo Ruiz, abogado de los Colegios de Madrid, Granada y Almería, rico propietario agrícola y de fincas urbanas. Cuatro inquilinos la habitaban en 1854: entre ellos Antonio Castillejo (fondista) y Francisco Florido (tratante de ganado); en la planta baja Castillejo regentaba la posada Santa Clara y Florido un despacho al público de carnes. A través de su secretario, el abderitano Juan Lirola, López de Sagredo presentó sucesivamente (marzo-julio 1867) sendos planos para la construcción de una nueva vivienda familiar firmados por los arquitectos municipales Joaquín Cabrera y José Mª Baldó, siendo aceptado el del último, que reducía el nº de puertas y ventanas exteriores. La heredaron su hermano Juan - concejal Síndico y en dos ocasiones gobernador de la provincia- y sucesivos descendientes hasta ser adquirida en junio de 1943 por María Berenguel Andujar, casada con Luis Navarro Rodríguez. Finalmente, tras la muerte de esta, el local que ocupa Casa Puga pasó por herencia a su hijo José. La superficie de “la casa llamada delSanto Cristo” -inscrita en el Registro de la Propiedad en 1887- es de 432,91 m2, tasándose su valor en 53.980 de las antiguas pesetas. Prevista como domicilio particular, los bajos se destinan preferentemente a uso comercial en régimen de alquiler.

De 1865 a 1906 cabe destacar la casa de pupilos,mesón, confitería y fonda de Antonio Lorenzo “El Malagueño” y de su viuda. Veamos un anuncio:

Fonda delMalagueño, viuda de Lorenzo. SantoCristo, 2,Almería.

Establecimiento situado en un punto céntrico de la población, con magníficas habitaciones, gran comedor y excelente trato.

Almuerzos de 10 a 12 de lamañana. Comida, mesa redonda (¡) a las 6 de la tarde: precios convencionales

JUAN PUGA ANTEQUERA

Procedente de Albuñoz (Granada), en 1909 arribó a Almería Juan PugaAntequera, alojándose en la calle Almedina. Al año siguiente,María López Romero, su esposa, trajo al mundo a María, primogénita de ocho hermanos; trasladándose el matrimonio a Lope de Vega (esquina a Santo Cristo o Jovellanos).Aquí fallecióen junio de 1963, a los 78 años de edad. El cambio de domicilio llevaba aparejado el arrendamiento del bar entonces regentado por Luis García Romero, quien luego abriría en la propia calle Real–donde estuvo la Cárcel de Partido- la acreditada Bodega el Patio.

Al igual que su céntrico negocio, Juan Puga adquirió notoriedad entre el gremio de taberneros, del que llegó a ser secretario en la década de los treinta.

En esa época, su sobrino Francisco Puga Sabio inauguró El Parralillo en la calle Concepción Arenal, con espaciosa terraza-patio a la plaza Flores (en la posguerra, enmanos deManuelCasas, el bar se denominó Los Corales).

Tras serios problemas económicos durante la guerra incivil, Puga Antequera traspasó el primitivo establecimiento a LeonardoMartín López, también paisano y sobrino de su mujer; al tiempo que con el carnal puso en marcha el Bar Montenegro de la plaza Castaños, hoy propiedad de Pepe Iborra, antiguo empleado suyo.

NUEVA DIRECCIÓN

Desde 1947 la razón social “Casa Puga” tuvo en Leonardo a su nuevo responsable.Ya en Almería matrimonió con Dulce nombre López y fueron padres de Leo, José y Dulce). Parece un galimatías familiar de apellidos y domicilios, pero no lo es tanto. Con el inestimable apoyo de su mujer, Leo senior, trabajador perseverante, logró sacar adelante en tiempos muy difíciles elmaltrecho traspaso. Muchos desvelos e infinitas horas, honradez a carta cabal, trato correcto al cliente (sumejor patrimonio) yuna ofertade garantía pese a las dificultades del mercado. Ahí estuvieron las claves del éxito de Casa Puga. Beneficiada además por el enclave físico. En el vértice de las calles Real, Tiendas y la semanasantera Lope de Vega (donde se asoma la cocina y anteriormente existía una puerta de acceso); próxima a la Plaza Vieja, a espaldas de sus vecinas lasmonjas clarisas. Respecto a lo de “tapas regulares”, conviene insistir.

Nada de “extraordinarias” o “especiales del día” que publicitaba la competencia: siempre “regulares” en cuanto a su contaste bondad.

A lamuerte del pater familia en octubre de 1986 (y aún antes), los hijos varones toman las riendas. Leo y José han tenido el acierto, a mi juicio, de mantener las tradiciones de la Casa incorporando paulatinamente una oferta gastronómica al gusto de nuevos demandantes. Satisfaciendo a los clientes veteranos (Manolo, practicante de la plaza Pavía es, con 91 años es el decano), jóvenes y extranjeros (en aumento) que pueblan mostrador ymesas. Como ya sucediera con Anthony Quinn, Claudia Cardinales, Antonio Gala, Paco Rabal o Concha Velasco; y otros más cercanos: el radiofonista Juanjo Pérez (diseñador de suanagrama), los caballerosos Ricardo Pérez y Justo Amat o los vendedores ambulantes Fernando Mora “ElMalagueño” y El Piripi.

Todos forman parte del anecdotario de Casa Puga. Tanto como los dos premios mayores de la Lotería, la jornada gratis et amore cada 31 de diciembre o los bocadillos de jamón que le preparó para el viaje a Madrid a los hijos del fallecido Adolfo Suárez (veraneantes en Almería) cuando fue nombrado presidente del Gobierno enjulio de 1976. Por cierto, un mes antes de que asesinaran al joven Javier Verdejo. Salud y suerte

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