La falta de información, escasa o nula cualificación profesional e incumplimiento de las condiciones higiénicos-sanitarias establecidas en la norma, son algunas de las principales irregularidades que la Asociación Al-Andalus de Almería ha detectado en los establecimientos de bronceado, y en las cuales se ha basado para otorgarle un suspenso generalizado.

Al-Andalus ha sometido a estos centros a un exámenes que muy pocos han superado. Y es que no se tiene en cuenta la edad de los usuarios cuando acuden a este servicio a pesar de estar prohibido a menores.

Respecto a la formación del personal que trabaja en estos establecimientos, hay que decir que en ninguno se observó que se exhiba de cara al público algún título acreditativo que certifique su cualificación para ejercer dichas funciones.

El culto al cuerpo se ha convertido hoy por hoy en una auténtica obsesión para muchísimas personas que no dudan en someterse a estrictas dietas y sesiones de gimnasio, con la llegada del verano. Según estudios recientes, son los jóvenes de entre los 20 y los 30 años los mayores usuarios de este servicio.