Almería

Las Cuevas de Las Palomas: terreno vetado

  • El Ayuntamiento encarga un estudio geotécnico de urgencia y acometerá las medidas correctoras "de manera subsidiaria"

  • Medio centenar de inquilinos siguen reubicados en centros, albergues y con sus familias

La ladera desmoronada de Pescadería es terreno vetado a propietarios y resto de ciudadanos. Existe riesgo de desprendimiento, así que es terreno reservado para los técnicos. El Ayuntamiento de Almería ha contratado ya los servicios de una empresa de geotecnia para que realice un estudio de "urgencia" sobre el estado actual del talud en el que se registraron el miércoles desprendimientos que causaron daños materiales a dos viviendas y obligaron al desalojo preventivo de 21 inmuebles en la zona de las Cuevas de las Palomas.

Una total de 50 vecinos de 21 viviendas tuvieron que ser desalojados (uno de ellos con heridas leves en un pie tras el impacto de una roca). Una veintena pidieron ayuda a los servicios sociales municipales, por lo que han sido ubicados en el Centro Municipal de Acogida y el Albergue Infantil, y el resto acudió con sus familias. Esto no regresarán hasta que el Ayuntamiento, que se ha hecho cargo de los trabajos "independientemente de quien tenga la titularidad del talud", haya asegurado por completo la zona.

El concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Castellón, precisa que el estudio debe incluir la propuesta de medidas correctoras para su "estabilización". De esta forma señala que "hasta en tanto en cuanto no se garantice la seguridad de las personas, ni entrarán operarios a evaluar los daños a las viviendas ni se autorizará el realojo de las familias afectadas", argumentando que que aún existe riesgo de nuevos desprendimientos "más aún como consecuencia de las lluvias" que están pronosticadas para las próximas 48 horas", (a contar desde ayer).

El primer teniente de alcalde informó que, tras dictar el alcalde, Ramón Fernández-Pacheco una resolución para el ordenamiento de trabajos de emergencia, será el Ayuntamiento el que acometa las medidas correctoras "de manera subsidiaria" sin perjuicio de que luego se "proceda en derecho" una vez se averigüe la titularidad del talud afectado. Castellón explica que las dos viviendas que han sufrido daños por la caída de grandes bloques de piedra son propiedad de la Agencia e Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA), de la Junta de Andalucía, y ha remarcado que ha sido la administración municipal, el Ayuntamiento, la que ha acogido y "facilitado el realojo" de sus moradores.

El movimiento de tierra se produjo en una franja de entorno a 30 metros de anchura que descendió en torno a unos cincuenta metros hasta el nivel de la calle. Los sedimentos se esparcieron a lo largo de 60 metros. Estas viviendas fueron construidas hace apenas dos décadas. Al mismo tiempo que se estas se erigían, se trabajaba en un muro de construcción que protege casi todas las viviendas. La casa que ha sido dañada se encuentra justo en el espacio que este no tapa. Y a pesar de que el muro también recibió el impacto de varias rocas, frenó la acometida de las que le empujaron. Y no es que no estuvieran avisados. En el año 1981, varios vecinos que residían en las Cuevas de las Palomas fueron reubicados en el Puche Centro a consecuencia de la inestabilidad que presentaba la zona. Ya en la década de los 90, y con el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) en ciernes, se encargó a la empresa Laboratorio geotécnico del Sur, ubicada en Granada, un diagnóstico para detallar la estabilidad de la ladera de las Cuevas de las Palomas.

Y es que, en 1992, a apenas unas decenas de metros de esta zona, hubo otro desprendimiento, este con más consecuencias personales. Un niño en cayó estado grave y cuatro adultos lesionados al desprenderse dos rocas de unas treinta toneladas en Pescadería resquebrajadas por las últimas lluvias, impactando el alud de piedras contra dos viviendas. El niño que estaba solo en una de las habitaciones de la casa tuvo que ser rescatado de los escombros por los bomberos de Almería.

En verano de 2015, el Ayuntamiento completó los trabajos para la protección de la zona de afección por desprendimientos en Barranco Greppi mediante la instalación de dos barreras dinámicas, de cinco y cuatro metros de altura. Con una inversión de casi 60.000 euros, la solución técnica a posibles desprendimientos en la zona pretende evitar los desprendimientos potenciales que pudieran afectar a las zonas habitadas con posibles daños a personas, viviendas e infraestructuras.

Los trabajos encargados por el Ayuntamiento fueron consecuencia de la "no actuación de los propietarios del suelo y de la orden de ejecución dictada por Disciplina Urbanística, resolviendo el Consistorio la contratación de las obras de manera subsidiaria" Previamente a los trabajos, Urbanismo encargó un estudio de estabilidad respecto al talud en Camino Viejo de la Chanca para estudiar la afección de las trayectorias ante posibles desprendimientos sobre las viviendas, circunstancias que ya se produjo meses atrás sin que, por suerte, llegara a ocurrir ningún percance. En base a los informes, la propuesta de solución técnica para corregir los desprendimientos que pudieran afectar a las zonas habitadas ha derivado en la ejecución de medidas estabilizadoras del talud y la construcción de pantallas dinámicas destinadas a interceptar las trayectorias de los bloques potencialmente desprendibles.

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