Almería

Díaz sólo cuenta con la fidelidad de los militantes andaluces

Los pedristas ya lo habían advertido. Muchos de los militantes que habían avalado con su nombre y apellidos a la candidatura de Susana Díaz iban a cambiar de opinión a la hora de ejercer el sufragio de forma anónima y secreta. Así ha sido. 60.231 afiliados otorgaron su aval a la presidenta de la Junta hace apenas dos semanas, pero sólo 59.041 la votaron ayer. De las seis comunidades autónomas donde Díaz se impuso en avales -Andalucía, Aragón, Extremadura, Madrid, y Murcia-, sólo la primeras se mantuvo fiel a la hora de la verdad. En cambio, Pedro Sánchez logró arrastrar a la militancia a las urnas y obtuvo 74.080 votos, -frente a los 53.692 avales que recibió-, venciendo en el resto de regiones salvo País Vasco, donde Patxi López hizo valer su peso orgánico en el PSE. Díaz sólo ganó en doce provincias -las ocho andaluzas más Ávila, Badajoz, Cuenca y Huesca-. En el resto fue la segunda más votada por delante del ex lehendakari, salvo en Vizcaya y Guipúzcoa, donde el político vasco se impuso y Sánchez fue el segundo.

Una de las claves en la victoria de Pedro Sánchez fue el espectacular resultado que obtuvo en Cataluña. El 82% de los afiliados del PSC optaron por su candidatura, que aventajó en más de 5.500 sufragios a la de Susana Díaz. En Baleares, Cantabria y Navarra, el nuevo secretario general del PSOE también arrasó con más del 70% de los votos, mientras que en Galicia, La Rioja o la Comunidad Valenciana el porcentaje de apoyo a su candidatura superó el 60%. Este resultado resulta especialmente doloroso para el presidente de la Generalitat y líder del PSOE valenciano, Ximo Puig, uno de los barones que más se fajó en favor de Susana Díaz y cuyo futuro político sale muy tocado de las primarias.

Y no es el único dirigente socialista con problemas. Sánchez venció con algo menos del 50% de los votos en Extremadura y Castilla-La Mancha, pese al apoyo explícito que otorgaron a Díaz sus presidentes autonómicos, Guillermo Fernández Vara y Emiliano García-Page. También queda en entredicho el liderazgo del presidente de la gestora socialista, Javier Fernández, en cuyo feudo asturiano el nuevo líder del PSOE recibió el apoyo del 53% de los militantes.

Ni siquiera salva la cara el presidente de Aragón, Javier Lambán, otro de los valedores de Díaz en su pugna por el liderazgo socialista. La política andaluza se mantuvo por delante de Sánchez por la mínima a lo largo de casi todo el escrutinio, aunque el nuevo secretario general del PSOE logró imponerse en el tramo final por apenas dos puntos.

Con este panorama, sólo una contundente victoria en Andalucía podría compensar la desventaja de Díaz en el resto de territorios. La presidenta de la Junta obtuvo el 63% de los votos y dobló a Sánchez en número de apoyos con algo más de 12.000 sufragios de distancia. Con un 68% del total, Sevilla y Córdoba fueron las provincias donde su victoria fue más clara. En la agrupación socialista de Triana, donde Díaz depositó su voto en la mañana de ayer, cuadriplucó el número de sufragios emitidos en favor de Pedro Sánchez. El 66% de los socialistas jiennnenses otorgaron su confianza a la presidenta de la Junta, mientras que en Málaga, Granada y Almería el porcentaje de apoyo se situó en torno al 58%. Cádiz fue la provincia donde menos votos obtuvo en términos porcentuales. La líder del PSOE-A recibió el 55% de los apoyos de una provincia donde Sánchez celebró un acto multitudinario en la localidad de Alcalá de los Gazules, uno de los emblemas del socialismo andaluz.

En cambio, Patxi López acabó muy lejos de sus aspiraciones tras el optimismo que insufló entre sus filas el debate del pasado lunes. El ex lehendakari se quedó por debajo del 10% de los votos, aunque al igual que Sánchez logró superar la cifra de avales y obtuvo algo más de 14.500 votos. Fue el tercer contrincante en todas las comunidades salvo el País Vasco, donde logró algo más de medio millar de votos de distancia respecto a Pedro Sánchez

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