Almería

La Jurado de Almería se llama Montana

  • Un gallego ha conseguido, desde hace ya quince años, poner en valor el transformismo en la provincia

Se dice que no hay mayor logro para un artista que el poder compartir escenario con un ídolo o modelo seguir. Sin embargo, hay ocasiones en las que el espectáculo se vuelve pícaro para dejarnos instantáneas o momentos únicos y especiales.

Montana es, sin duda, uno de esos artistas -porque lo que él hace es arte- que han conseguido originar un movimiento de seguidores y saga de nuevos intérpretes en un estilo tan complejo de llevar a cabo y valorar como es el del transformismo.

Llegado a Almería como invitado para disfrutar de la fiesta de las Cruces de Mayo, tal fue su éxito en la ciudad que decidió trasladarse desde Madrid y proseguir con una carrera artística que no ha dejado de darle éxitos y consagrarle como uno de los mejores transformistas del momento.

El próximo día 28 de diciembre cumplirá sus bodas de plata en los escenarios después de que junto a unos antiguos compañeros de trabajo organizaran una inocentada en la que se presentó vestido con tacones. Tanto gustó su novedoso show que no dudó en hacerlo habitual y encontrar en esta actividad una nueva fuente de ingresos.

En Almería acaba de cumplir quince años "sobre las tablas". Sus primeras actuaciones fueron en el antiguo pub Bisagra, pero poco a poco consiguió llevar sus espectáculos a otros locales de la provincia, la mayoría en la zona costera, en los que, ataviado como Sara Montiel, Tina Turner, Mina y, sobretodo, Rocío Jurado, conseguía provocar las sonrisas de todos los asistentes y, lo más importante, "hacerles disfrutar".

Seguidor, incluso después de su muerte, de Rocío Jurado, los espectáculos en los que imita a la artista de Chipiona son los que más aplausos logran sacar del público y los que mayor popularidad le han otorgado.

Según reconoce, el mundo del transformismo es complejo. "Hay muchos detalles que cuidar, los vestidos, las pelucas, el maquillaje, pero uno aprende poco a poco a hacer estas tareas más sencillas".

Sin embargo, con la apertura que está experimentando la sociedad, no dejan de salir nuevas promesas del transformismo que "a veces enriquecen el mundillo pero en otras ocasiones no reflejan la mejor imagen."

Montana ha encontrado fuera del 'ambiente' su público preferido. Según él allí es donde se encuentra mucho más cómodo trabajando porque "la gente es más receptiva y valoran de forma especial el espectáculo".

Y es que trabajar en locales como Drácena, donde lleva amenizando noches desde hace doce años, algunas veces se convierte en algo más intenso. "Se fijan más en la forma de andar, en los zapatos que llevas y el tipo de maquillaje que usas", por lo que uno tiene que estar más preparado.

De todos sus espectáculos realizados no sólo en Almería capital, sino también en otros muchos municipios de la provincia y en otras ciudades, Montana guarda recuerdos y anécdotas de todo tipo. Una de las cosas que recuerda con más cariño de todo lo que le han dicho es que "hay gente a la que no le gustaba Rocío Jurado y después de verme a mí han cambiado de opinión".

Trabajando muy duro ha podido llegar a tener espectáculo todos los días de la semana, algo que pese a no ser habitual le ha permitido vivir del espectáculo. Sin embargo, desde hace un tiempo decidió dejar sus actuaciones como otra actividad más, paralela a su trabajo en una cafetería. "Ya no vivo para el transformismo y lo hago porque me gusta y agradezco cuando la gente me mira contenta". "Me gusta llevar una vida normal, en la que poder disfrutar de quien soy".

Por cierto, en los espectáculos le gustan que le llamen Montana, pero el resto del día prefiere que lo conozcan como Luis.

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