Almería

La Legión despide al cabo muerto en Líbano

  • Yeison Felipe Ospina tenía sólo 22 años y falleció el domingo tras sufrir un accidente el BMR en que viajaba

La claridad de la mañana de ayer en el aeropuerto de Almería contrastaba con el gris oscuro del Boeing del Ejército del Aire que portaba los restos mortales del cabo legionario Yeison Felipe Ospina Vélez, fallecido el pasado domingo al volcar su vehículo BMR en las inmediaciones de la base Miguel de Cervantes en Marjayún (Líbano).

El avión aterrizó pasadas las 10:40 de la mañana procedente de Beirut, tras una gran expectación ya que sus compañeros estaban en el recinto desde primera hora de la mañana.

A pie de pista le esperaba su familia. Su madre, destrozada, novia, tíos, amigos y su padre que llegó en un vuelo facilitado por el Ministerio de Defensa procedente de Colombia, país de origen de Yeison Felipe Ospina.

El féretro con los restos sin vida del militar fue recibido por un piquete de honores y una escuadra de gastadores, que lo portaron mientras la banda comenzaba los acordes de una marcha fúnebre.

La subsecretaria de Defensa, María San José estuvo presente tanto por la mañana en el aeropuerto como por la tarde en el funeral que se llevó a cabo en la base militar Álvarez de Sotomayor de Viator a partir de las 17:00 horas donde impuso, a título póstumo, la cruz militar con distintivo amarillo al cabo fallecido. Asimismo y acompañando a la subsecretaria se encontraba en la base el Jefe de la Fuerza Ligera, José Ignacio Medina. El acto militar daba comienzo con la entrada de la bandera de combate del Tercio Don Juan de Austria, Tercero de La Legión.

Fue en estos momentos cuando más emociones se desataron en la zona donde se encontraba ubicada la familia. Bajo el acuciante sol de las cinco de la tarde, empezaba una sencilla misa, en un altar improvisado junto al monumento que rinde homenaje a los difuntos y presidido por el Cristo de la Buena Muerte, seguida del homenaje que sus compañeros de la BRILEG quisieron rendir a Yeison Felipe Ospina. La entrada del féretro, cubierto con la enseña española, la colombiana, el chapiri legionario y la boina azul empleada en las misiones de paz, estuvo dotada de solemnidad ya que en la base se guardó silencio mientras duraban los acordes de la marcha fúnebre.

"Tu hijo te dice, en estos momentos, enjuga tus lágrimas y no llores si me amas". Estas palabras pronunciadas por el vicario castrense fueron el detonante de una serie de sentimientos contenidos en la base militar. Entre ellos, la oración que la madre del fallecido quiso dedicar a su hijo con el apoyo de los sacerdotes y la voz quebrada por las lágrimas, el cansancio y la pena.

El joven de 22 años consiguió reunir al Ejército de Tierra, a su familia y a las diferentes autoridades políticas e institucionales bajo el manto de las banderas española y colombiana que cerraban su féretro.

Era el momento del homenaje a los difuntos, y entraron en el patio de armas los guiones de La Legión que portaban una corona de flores colocándola al lado del féretro, mientras los compañeros de Yeison Felipe Ospina entonaban, como él ya hiciera en pasadas ocasiones, El novio de la muerte. La Banda de Guerra y Música de La Legión tocó a oración, pasando los guiones a rendir honores ante el féretro. Para terminar, la madre del cabo fallecido recibió de manos de la subsecretaria de Defensa las banderas que habían permanecido durante los aproximadamente sesenta minutos en que duró la ceremonia, sobre el ataúd.

Unos 16 familiares se marcharon de la base militar tras lo que fue una de las tardes más complicadas de sus vidas ya que el joven fallecido contaba con 22 años y una vida por delante, según aseguró el vicario en el transcurso de la misa.

Tras conocer el accidente que le costó la vida al joven legionario, el Ministerio de Defensa aprobó la concesión a sus familiares de una indemnización de 140.000 euros por fallecimiento en una operación internacional de mantenimiento de la paz, a través de una pensión mensual.

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