Almería

Piden más de 17 años para el acusado de maltratar, violar y encerrar a su novia

  • Al acusado le consta otra condena anterior por agresiones a su pareja, cuando era menor

Francisco José M.M., un almeriense de 20 años acusado de maltratar de forma continuada a su pareja, a la que amenazó de muerte reiteradas veces, agredió sexualmente y encerró en su vivienda para que no se relacionara con terceras personas, se enfrenta a una petición fiscal de 17 años y 8 meses de cárcel.

Durante la primera sesión de la vista que se celebra en la Audiencia Provincial de Almería contra el joven, al que la fiscalía y la acusación particular atribuyen un delito de violencia contra la mujer, cinco de lesiones, tres de amenazas, uno continuado de agresión sexual y otro también de detención ilegal, éste reconoció haber golpeado en una ocasión a P.C.F., su pareja entre el verano de 2005 y el mes de enero de 2007.

El acusado, al que le consta una condena por maltrato a su anterior compañera cuando era menor, negó a preguntas de las partes haber agredido reiteradamente a su pareja desde que quedó embarazada, etapa durante la que le apagó cigarrillos en el cuerpo y le arrancó el pelo a mordiscos, además de proferir amenazas contra su vida e incluso contra la del niño aún por nacer.

Frente a esta versión, la víctima aseguró que el acusado le propinaba varias "palizas" a la semana, incluso con el bebé en brazos, por cuestiones como que fuera sola al baño dejando a su hijo en la cuna, que se cortara el pelo de un modo que a él le desagradaba o que quedara con sus familiares.

El técnico de libertad vigilada del acusado tras su condena previa por maltrato dijo que cuando vio a la mujer una vez descubierto el maltrato, estaba "aterrorizada, demacrada y blanquísima de no salir a la calle". P.C.F. aseguró que su pareja la amenazaba constantemente con quitarle a su hijo y con "mandarla al cementerio", además de forzarla a mantener relaciones. También agregó que el joven le impedía contactar con su familia y le prohibía salir de la vivienda que compartían con la madre de él y que estaba cerrada con un candado por fuera para el que no tuvo llave hasta que su suegra se la cedió en secreto. Sin embargo, nunca osó a salir por miedo a represalias.

Fue este miedo, según sus palabras, el que le impidió delatar a su pareja, quien desveló su actitud violenta a su técnico de libertad vigilada al confesarle que si su novia trataba de alejarle de su bebé "le cortaría las piernas".

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