Almería

Piden 15 años de cárcel a un marroquí por asesinar a su mujer de 18 puñaladas

  • El acusado dijo no recordar nada a pesar de las nmerosas denuncias interpuestas por su mujer por malos tratos físicos

Noureddine Sourroukh, un marroquí acusado de asestar 18 puñaladas a su mujer Khadija Nejjar, que fue hallada muerta en la bañera de su vivienda en Roquetas de Mar el 5 de septiembre de 2006, se enfrenta a una petición fiscal de 15 años de cárcel, que la acusación eleva a veinticinco.

Durante la primera sesión del juicio por el procedimiento de jurado que se celebra en la Audiencia Provincial, el marido de la fallecida, que interpuso hasta cuatro denuncias contra él por malos tratos que fue retirando por miedo, aseguró que no recuerda nada, ni tan siquiera estar casado y tener dos hijas, puesto que está "enfermo de la cabeza" y le están dando pastillas en la cárcel.

En ella ingresó el 8 de septiembre de 2006 tras ser detenido dos días antes en Vícar cuando caminaba por la calle hablando solo y trató de agredir a varios agentes, que le retuvieron por resistencia grave y desobediencia, si bien horas después las pruebas permitieron descubrir que se trataba del marido de Khadija, que se encontraba en busca y captura desde el 5 de septiembre.

Ese día, sobre las 23:00 horas, una amiga de la familia de la marroquí alertada telefónicamente por la madre de ésta, quien recibió a su vez una llamada del acusado en la que le informaba de que había quitado la vida a su hija, dio aviso a la Policía Local de Roquetas al tratar de contactar con su conocida sin recibir respuesta alguna por su parte.

Agentes de dicho cuerpo y de la Guardia Civil se personaron entonces en el domicilio ubicado en la calle Vicente Aleixandre del barrio de las 200 viviendas y hallaron el cuerpo de la mujer en el interior de la bañera vestida y con 18 puñaladas en todo el cuerpo asestadas presuntamente por su marido cuando estaba aun viva.

Según ha apuntado la letrada de la acusación particular, que reclama para el hombre 25 años de cárcel al atribuirle un delito de asesinato y no de homicidio como estima el fiscal, la muerte de Khadija se habría producido el 4 de septiembre, jornada en la que ésta regresó de Marruecos, tras lo que su marido, al que le consta una detención previa por maltrato en 2005, se dio a la fuga.

El mismo día, según ha confirmado ante la sala la hermana de la fallecida y un segundo testigo, el acusado telefoneó desde una cabina próxima a su casa a su suegra, que se encontraba en Marruecos con las dos hijas del matrimonio, para informarle de que había matado a su hija y para amenazar con más muertes en la familia.

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