Crónicas desde la Ciudad

La Rambla (VIII)

  • Enseñanza. Con los establecimientos en el Cortijo Fischer, CP Juan Ramón Jiménez, IES Alhamilla y La Salle, el colegio Stella Maris e IES Celia Viñas completan la amplia oferta educativa en la Rambla

En esta penúltima entrega del serial nos aproximamos a su maloliente desembocadura, deteniendo en dos centros educativos de especial relevancia: colegio Stella Maris e IES Celia Viñas. Ambos a continuación de las desaparecidas terraza-cine de verano Tiro Nacional y España (antes Boxing Club), en las esquinas de la Avda. de la Estación y calle Eguilior respectivamente. Aunque antes, tras referirme el sanatorio “18 de Julio“ y al del Dr. Artés Guirado, concluyo el tema sanitario con noticias sobre modestos centros abiertos en una capital de provincia que en 1941 censaba 77.500 personas: 26 mil más que la década anterior.

El chalet de la familia Batlles (propiedad ahora del Ayuntamiento y sede de Alcaldía) fue rehabilitado tras el bombardeo de la escuadra alemana y destinado al Preventorio Antituberculoso “Niño Jesús”, siendo el Dr. Palanca La Chica su director. Dependiente del Seguro Obligatorio de Enfermedad, el 3-II-1946 inauguraron un dispensario en la plaza Béjar (Barrio Alto) y otro en la calle Vinuesa. En este año ya funcionaba el de Regiones Devastadas, cedido por el Municipio a la Cruz Roja Provincial en mayo de 1968.

Al construirse el ala Este, en 1951 el Hospital Provincial se amplió en 100 camas. El proyecto del arquitecto Francisco Canseco se destinó a pabellón de infecciosos y posteriormente a quirófanos e ingresos hospitalarios en general. Los fraudulentos materiales empleados obligaron a su demolición y a una doble reconversión posterior, hasta llegar al actual CARE “Nicolás Salmerón”. Por último, en octubre de 1952 el gobernador Urbina Carrera cortó la cinta inaugural del ambulatorio “Virgen del Carmen” (para familias de pescadores) en c/. Arráez, donde también tuvieron cabida a los Flechas Navales del Frente de Juventudes. Seguidamente hizo lo propio en calle La Reina con otro dispensario, en este caso antitracomatoso. Centro oftalmológico a los que se sumaron los de Tabernas y Roquetas de Mar

INSTITUTO versus ESCUELA DE ARTES

Iniciamos el relato por los cimientos. En 1841 abrió sus aulas el Instituto de Humanidades en el desamortizado convento de la orden de Santo Domingo (la iglesia dominica la destinaron a capilla del mismo). También por decreto regio, en 1845 dio paso al Instituto de 2ª Enseñanza, permaneciendo aquí hasta el curso 1951, fecha en la que el ministro de Educación Nacional, José Ibáñez, ordenó su traslado a la entonces Escuela de Artes y Oficios Industriales. Con entrada por Javier Sanz y fachada trasera a la Avda. García Lorca; desde entonces malecón “Carlos López Redondo”, en homenaje a uno de sus más importantes directores y excelente pintor. Respecto a este edificio, en marzo de 1908 el Ayuntamiento tomó en usufructo -por resolución del Ministerio de Hacienda- un espacioso almacén del empresario Mac Murray en el nuevo ensanche, limitado por la Rambla y las calles Eguilior y Javier Sanz –en recuerdo al comisario regio e ingeniero que junto a Aguilar de Campóo y Valero Ribera propiciaron su encauzamiento tras la riada de septiembre de 1891- para en su solar construir la citada Escuela de Artes. En 1910 convocaron un concurso de proyectos, lográndolo Joaquín Rojí y López Calvo.

Después de adquirir el resto de terrenos en aquella manzana, el proyecto hubo de reelaborarse ya que por falta de presupuesto las obras, de titularidad estatal, no se iniciaron hasta 1923. A falta de detalles, en 1930 estaba concluido, con un presupuesto final superior al millón y cuarto de las antiguas pesetas. Junto al arquitecto vallisoletano, en la dirección de obra de su primera fase colaboró el almeriense López Rull. Oficiosamente fue inaugurado en septiembre de 1931 por Marcelino Domingo, ministro de Instrucción Pública, con motivo de su viaje a Almería –acompañado por, entre otros ilustre personajes, Indalecio Prieto, Miguel de Unamuno y Carmen de Burgos- para homenajear a Nicolás Salmerón en su Alhama natal. Del edificio de tres piso, sotano y patio exterior, el especialista Emilio A. Villanueva señala: “Su enorme tamaño y rotundidad exteriorizada, las pilastras de orden gigante que sobre basamento traban la fachada, las columnas dóricas, los abundantes escudos y anagramas, etc., ponen de manifiesto el fuerte carácter monumental y emblemático”. Aunque contemplado en el catálogo de Patrimonio Inmueble de Andalucía, no ostenta la calificación de Bien de Interés Cultural.

Trasladados desde un viejo caserón de la plaza del Carmen, la Escuela de Artes ya comenzó aquí el curso 1931/32. Al año siguiente acogió el Museo Arqueológico Provincial bajo la dirección de Juan Cuadrado Ruiz. Como tal se mantuvo hasta 1951 en que una resolución del ministro de Educación Nacional, Andrés Ibáñez Marín, le obligó a marchar al dicho convento dominico, permutándose con el Instituto de Segunda Enseñanza que con el paso del tiempo adoptó el nombre de la leridana Celia Viñas (1915-1954), prestigiosa, querida y admirada catedrática de Literatura Española.

JESUITINAS

De entre las asociaciones religiosas femeninas dedicadas a la enseñanza privada –de chicas al principio y finalmente de ambos sexos- en la posguerra ya destacaban las Jesuitinas: Congregación de Hijas de Jesús, fundada por Juana Josefa Cipitria y Barriola, “Madre Cándida”, canonizada santa en octubre de 2010. Instaladas en 1944 en el Parque, esquina a calle La Reina, en 1948 trasladaron el colegio Stella Maris –de niñas y párvulos- a su emplazamiento definitivo del malecón al que dieron nombre: “De las Monjas”. Cambio motivado por la baratura de los solares adquiridos a Dª Rosa Callejón por la entonces superiora Soledad Larrañaga –cedieron gratis al Ayuntamiento 417 m/2 para vía pública, a cambio de una fuerte cimentación del muro del cauce- pero también con acertada visión “empresarial” puesto que poco después la ciudad saltaría definitivamente la barrera natural de la Rambla. En el terreno que ocupó en parte del cortijo Los Picos y era lindero con Talleres Oliveros (cercano a la estación del Ferrocarril) el arquitecto Antonio Góngora Galera llevó a cabo su proyecto. Así lo manifestaba el diario Yugo en diciembre de 1948:

“El pasado domingo día 12 se celebró solemnemente la inauguración del colegio de niñas “Stella Maris”, de las Hijas de Jesús (Jesuitinas), en el nuevo edificio que ha sido construido ex profeso. Ofició la Misa el señor Obispo de la Diócesis y asistieron al acto los Gobernadores civil y militar”.

En febrero de 1960 les concedieron licencia para levantar un edificio anexo al existente. La memoria y planos del inmueble educativo de dos plantas los firma asimismo Góngora Galera en noviembre de 1958, quien adelantaba: “El colegio ha resultado insuficiente al poco tiempo de haberse construido, ya que la población escolar femenina que recibe instrucción en el mismo rebasa la normal capacidad de las aulas que existen, sin que sea posible tampoco atender las demandas de plazas para el internado”. Las modernas instalaciones fueron bendecidas en mayo de 1961.

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