Almería

Un contador inteligente 'made in Almería' hará ahorrar luz a medio mundo

La Universidad de Almería acaba de dar salida a uno proyecto que pondrá freno al exceso en el consumo de energía de los hogares de cualquier parte del mundo, pero también echará una mano a las empresas, incluso a aquellas que se dedican a la práctica de energías renovables. Sus investigadores han desarrollado un dispositivo físico (contador inteligente) que acoplado a los que las compañías instalan ofrecerá datos en tiempo real a los consumidores a través de alertas a dispositivos móviles.

De esta forma, los clientes sabrán la calidad con la que les llega el servicio, si hay algún aparato que tiene un consumo excesivo, tendrán de forma detalla sus perspectivas de gasto y recibirán consejos de consumo horario y todo ello totalmente personalizado a través de software libre.

"El sistema es pionero a nivel internacional y además es de muy bajo coste. En realidad, una persona con los conceptos teóricos y prácticos suficientes podría montarlo por su cuenta pidiendo las piezas porque es simple", explica Francisco Gil, profesor de la Universidad de Almería que se ha encargado de desarrollar el proyecto. Si un equipo comercial similar puede costar entre 5.000 o 10.000 euros, el diseñado por estos investigadores puede rondar los 100 euros en componentes. Cumple con estándares nacionales e internacionales (IEC, AENOR).

"La idea surge de la necesidad que tenemos todos los usuarios de conocer qué pasa exactamente en nuestras instalaciones eléctricas. Hay una pregunta en el aire siempre que nos llega la factura de salud, y es que, a veces, no sabemos por qué pagamos tanto. Esa duda es la que tratamos de disipar creando este proyecto", manifiesta el profesor de la Universidad de Almería. "Hemos pretendido que el trabajo que se realizara en la Universidad no quedase en un cajón y que cualquiera lo pudiera usar sin coste en la parte de software y con un coste muy reducido en el hardware (el contador). En el mercado hay dispositivos muy caros que dan información muy avanzada pero que solo la entienden los especialistas dedicados a esta disciplina", agrega.

La aplicación inmediata está en el ahorro energético en instalaciones eléctricas, ya sean viviendas o comercios, gracias a que es posible tener un control absoluto sobre qué sucede en dicha instalación y, por tanto, diseñar y tomar medidas correctoras.

El dispositivo se coloca en el cuadro general de la vivienda y mide el consumo general. Ese es su funcionamiento básico. Pero, el sistema, utilizando algoritmos y matemática avanzada es capaz de definir qué sucede día a día, semana a semana y mes a mes. Empleando métodos estadísticos se miden los porcentajes de consumo superiores o inferiores. "El usuario puede añadir a ese cuadro eléctrico unos sensores adicionales que permiten identificar receptor por receptor y saber qué es lo que más consume en el domicilio y si por su parte existe un consumo excesivo", explica Francisco Gil.

Por otra parte, posibilita monitorizar la calidad de suministro que brinda la compañía eléctrica y verificar que no haya problemas en la misma que afecten al buen funcionamiento de los electrodomésticos o equipos electrónicos en la instalación. "No es lo mismo recibir los 220 voltios que debe ofrecer la compañía a 200 y 170. Hay veces que se nos fastidian productos por las llamadas 'subidas de luz'. Pues todo eso puede ser registrado por el dispositivo para poder reclamar a la compañía eléctrica y poder documentar de cara a una defensa", señala el profesor de la Universidad.

Además existe la posibilidad de gestionar instalaciones renovables como fotovoltaicas o eólicas. "Puedo saber lo que se entrega a red o se genera. Se deriva totalmente a cualquier sistema eléctrico que se pretenda monitorizar", explican.

"Fue una idea que surgió en 2010 y se empezó a desarrollar en 2011 dentro de nuestro ámbito de investigación que se desarrolló dentro del marco de los proyectos de excelencia de la Junta de Andalucía", manifiesta Francisco Gil.

Sin duda, es este un invento útil, más aún en un periodo en el que las compañías eléctricas elevan los precios de la factura de la luz sin que exista una buena fórmula para 'corregirlo'.

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