Almería

Un criadero de Pechina entrena a más de 200 gallos de pelea

  • La granja dispone de numerosas jaulas y salas donde cuidan y preparan a estos animales para las luchas · Su objetivo es "velar por la protección, el fomento y selección de este tipo de raza"

Velar por el fomento, la protección y la selección del gallo de raza combatiente español. Este es el objetivo de José Soto, un granadino afincado en Pechina, que ha dedicado toda su vida a este animal. "Tengo 68 años y llevo 60 criando gallos y ahora tengo aquí a más de 200 con los que me levanto y me acuesto, esto es como si fuera un hotel de cinco estrellas para los animales", comenta Soto. El criador se defiende de las críticas alegando que "nosotros no enseñamos a los gallos a pelear, mucha gente nos cataloga como asesinos, pero es puro instinto que llevan ellos dentro, forma parte de su naturaleza, lo único que hacemos es entrenarlos, ponerlos más fuertes para que su pelea sea más bonita".

Soto regenta un criadero de más de 200 gallos a los que dedica todo su tiempo. "Yo no conozco apenas el pueblo porque esto requiere una gran atención y cuidado personalizado de cada gallo". Este particular zoológico dispone de varios departamentos, cada uno de llos con una función específica. En la entrada, están los gallos pequeños con su madre y permanecen aquí hasta que tienen dos meses y medio, que pasan al campo. Hasta los cinco o seis meses están en libertad y a partir de esa edad los recogen en jaulas individuales para evitar "peleas entre ellos". Hasta que no llega al año y medio o dos años, "el gallo no puede empezar a pelear", asegura a El Almería Soto.

Además, de estas jaulas individuales, existe la peluquería donde pelan a los gallos para posteriormente darle masajes, ya que en la pluma no pueden recibirlos. "Esto es igual que los ciclistas que se depilan todo, pues para eso se pelan a los animales". Asimismo, Soto dispone de una enfermería donde reciben cuidados los gallos dañados en las peleas. También está la particular sala VIP donde se ubican los mejores combatientes, que reciben una atención especial. Por otro lado, está también el 'harem', que Soto otorga a los 'veteranos de guerra'. "El animal que se lo gana vive mejor que ninguno porque se mete en el mejor lugar con quince o veinte gallinas sanas y preciosas", comenta el criador.

Por último, está la 'sala verde' donde José suelta a cada gallo para que se alimente antes de pasar al peculiar gimnasio donde realizan entrenamientos. Antes de saltar al ring, Soto protege el pico y las espuelas para que los animales no se hagan daño en estas sesiones de preparación para los combates.

El criador aboga por la total regulación y el cumplimiento de la legalidad con respecto a los animales. "Los aficionados disfrutan cuando un gallo está pletórico de fuerzas, de salud, de vida , está rojo y en condiciones, el que no es aficionado de verdad es un matarife que no sirve para esto", manifiesta indignado José.

Soto se indigna con los organizadores de peleas ilegales de los cuales piensa que cometen algunos crímenes. "Esto tiene unas reglas, por ejemplo, antes de pelear los gallos tienen que pesar igual y tener la misma espuela. En los sitios donde no está autorizado no lo hacen así. Esto es como el boxeo, si echas un animal de 3,8 con otro de 4 libras tu estás haciendo un crimen".

Al igual que los boxeadores, los gallos deben pelear en igualdad de condiciones en lo que concierne al peso y a las espuelas. "En la mayoría de los sitios no pesan a los gallos y no diferencian las espuelas y eso es como si pelean dos hombres y uno tiene una navaja y otro una espada", asevera Soto.

José rechaza este tipo de peleas y pide que no "nos metan a todos en el mismo saco porque muchos animales vienen muy mal cuidados y lo mimamos, lo entrenamos, y están aquí en la gloria. Cuando estás en una cosa legal y sabes de esto, estás tranquilo, por ejemplo, después de una pelea ese gallo no vuelve a combatir tras un mes".

El criador de Pechina asegura que no venden gallos, ya que la exportación está cerrada con América y además "un gallo bueno no tiene precio". En cambio, Soto compra algunos gallos en la provincia y bastantes en Cádiz, la provincia con mayor tradición en la pelea de gallos. El precio de los animales oscila desde 6.000 euros hasta 10 euros.

José Soto ha ganado varios campeonatos de España con diversos gallos y pertenece a la Federación Andaluza de Defensores del Gallo Combatiente Español. La motivación principal de esta asociación es la protección y selección de esta raza de gallo para salvaguardar la pureza de esta raza de aves. Según los principios de FADGCE, la pelea del gallo es imprescindible a fin de poder seleccionar los ejemplares que mejor manifiesten las cualidades principales de esta raza aviar, entre las que están la bravura y constancia en el combate. El objetivo de esta federación es homogeneizar las condiciones en que deben ser realizadas las peleas para que al fin sea la calidad del gallo la que prevalezca.

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