Almería

¿Quién desarmó al Rey Jairán?

  • El Ayuntamiento niega que fueran los operarios los que rompieron la escultura Asegura que la espada estaba un "poco doblada" y que alguien la fracturó antes de que la vecina la guardara

Vándalos, la vecina, los operarios... ¿Quién desarmó al Rey Jairán? Es una pregunta que tiene una nueva respuesta, la dada por el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Almería, Ramón Fernández Pachecho, quien ha ofrecido la que puede que sea la versión completa de lo que le ha sucedido a esta recién estrenada escultura que apenas duró doce horas intacta a los pies de la Alcazaba.

Mientras que en el barrio del casco histórico es tema de conversación vecinal, el responsable de Cultura apuntaba ayer más datos sobre lo sucedido a esta estatua instalada la pasada semana en la fuente existente al final de la calle Descanso, en homenaje al Milenio de la ciudad y en recuerdo del que fuera el primer rey de la Taifa de Almería.

Fernández-Pacheco niega que fueran los operarios los que, en un descuido por el balanceo de la figura que tuvo que ser elevada mediante una grúa al pesar en su totalidad nada menos que 2.000 kilogramos, rompieran la espada que Jairán porta en su mano izquierda. "La escultura fue instalada el jueves y yo fui testigo del montaje", explica el responsable municipal, quien mantiene que durante la operación, aun siendo dificultosa, la estatua no recibió golpe alguno. "La espada estaba completa y todo el que fue a verla el viernes pudo comprobarlo, y puede verse en las fotografías que nos hicimos". Ahora bien, el concejal reconoce que la escultura no llegó en perfectas condiciones. Apunta Fernández-Pacheco que "es cierto que la espada estaba un poco doblada, pero no fracturada". La causa con exactitud la desconoce el edil, quien baraja varias posibilidades. "Probablemente el daño se produjera en el almacenaje" o "probablemente estuviera mal soldada".

Tampoco desmiente el concejal la versión ofrecida a este periódico por la vecina de la calle Descanso que custodia el trozo de espada desprendido. Fernández-Pacheco cuenta que recibió la llamada telefónica de esta mujer advirtiéndole del estado del arma. "La espada estaba a punto de partirse y le pedí que terminara de arrancarla con un tirón y que guardara el trozo".

Entre un momento -la espada un "poco doblada"- y otro, -la señora del "tirón"-, hay un intervalo de tiempo, según el responsable municipal, en el que aparece la figura del vándalo, al que al Ayuntamiento achaca la autoría de la fractura de la espada. "Alguien a propósito o sin querer, pero poco sensible con el patrimonio de la ciudad, rompió la espada, la fracturó", siendo la vecina la que, a petición municipal, terminó por desprenderla dejando a Jairán prácticamente solo con la empuñadura.

Los comentarios surgidos por la participación de vándalos a causado cierto malestar vecinal ante el cual el representante del Ayuntamiento matiza que en ningún momento ni el alcalde ni tampoco él mismo han manifestado que la posible persona o personas que rompieran la escultura fueran del casco histórico: "Nadie ha acusado a ese barrio de ser un barrio de vándalos, todo lo contrario. Las personas que más sufren por la escultura son sus vecinos. El vandalismo no es innato a ningún barrio".

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