Almería

Los grandes firmas del agro apuestan por el auge del 'eco'

  • Las cooperativas y alhóndigas almerienses se lanzan a convertir numerosas hectáreas de convencional a ecológico

  • Vicasol, CASI y Coprohníjar, entre las que más crecen

Vicasol ya tiene una marca propia para su agricultura ecológica, Bio Vicasol, con unas instalaciones de 12.000 metros cuadrados para gestionar la producción.

Vicasol ya tiene una marca propia para su agricultura ecológica, Bio Vicasol, con unas instalaciones de 12.000 metros cuadrados para gestionar la producción. / javier alonso

La agricultura almeriense tiene desde hace años el reto de renovarse o morir. Y uno de sus objetivos prioritarios pasa por incrementar el valor añadido de sus producciones de frutas y hortalizas para conseguir un mejor precio a la hora de su comercialización, principalmente, para el eslabón más débil de la cadena agroalimentaria, el agricultor.

Dentro de esa filosofía, que mira hacia cuartas y quintas gamas, así como hacia cultivos alternativos y complementarios a los habituales de tomate, pimiento, berenjena, calabacín, melón, sandía y judía, se ha colado en los últimos años una tendencia que está creciendo como la espuma. Se trata de la agricultura ecológica, que debido a sus mejores cotizaciones en el mercado, sobre todo, el internacional, que está más dispuesto a pagar más que el nacional, y que busca un producto con las máximas garantías de calidad y seguridad alimentaria, se encuentra en una fase de expansión sin precedentes en la provincia de Almería.

Tanto es así, que hace poco más de un mes, ha motivado la puesta en marcha de la Mesa Provincial de Producción Ecológica, una herramienta que se enmarca dentro del III Plan de Producción Ecológica impulsado por la Consejería de Agricultura, que prevé la puesta en marcha de este tipo de mesas en todas las provincias andaluzas (Almería ha sido pionera, al crearse aquí la primera de la comunidad autónoma). El objetivo principal de la Mesa Provincial de Producción Ecológica radica en mejorar el control sobre la producción y comercialización de frutas y hortalizas ecológicas cultivadas en el invernadero, marcando una serie de pautas que redunden en la optimización de la vigilancia de este tipo de explotaciones.

Este movimiento al alza de la agricultura ecológica ha supuesto que muchas cooperativas y alhóndigas que hasta ahora producían frutas y hortalizas bajo el modelo convencional y apenas contaban con unas pocas (o ninguna) hectáreas de producción ecológica, se hayan puesto manos a la obra para realizar el cambio de convencional a ecológico e incrementar de esta forma las posibilidades comercialización y la rentabilidad en los mercados internacionales.

A empresas que tradicionalmente se dedican a cultivar ecológico desde su puesta en marcha, como la nijareña Biosabor, se suman ahora las iniciativas de importantes entidades como Vicasol, CASI o Coprohníjar, que cuentan con una 'hoja de ruta' perfectamente planificada para el desarrollo de este objetivo.

La Cooperativa Agrícola San Isidro ya contaba en la actualidad con algo más de 50 hectáreas de cultivos dedicados a la producción ecológica, a las que hay que sumar otras 80 hectáreas que posee en reconversión. Para ello, deberá transcurrir el periodo correspondiente, de dos años, con lo que entrarán en funcionamiento a la tercera campaña.

Por su parte, Vicasol también ha desembarcado en este segmento. Fue a principios de septiembre de 2015 cuando daba los últimos retoques para abrir las nuevas instalaciones de Bio Vicasol en el municipio de Níjar, tras finalizar la fase de ejecución de un proyecto cuidadosamente estudiado. El objetivo de esta nueva línea de productos no es otro que el de responder a una creciente demanda que sigue en auge especialmente en los países nórdicos y en otros centroeuropeos como Alemania.

Para gestionar esta nueva gama ecológica y poder asumir el nuevo volumen de kilos, mejorando los procesos ya existentes a con el fin de ganar en productividad, Vicasol ha puesto en marcha 12.000 metros cuadrados de instalaciones en las que se gestiona la producción de unas 50 hectáreas de superficie cultivable de sus socios. Además, tiene previsto duplicar la superficie alcanzando las 100 hectáreas en un horizonte aproximado de dos años y, para ello, ya hay agricultores que han puesto sus fincas en proceso de reconversión (el periodo medio para ello suele ser de tres años, de modo que la tierra pueda desechar cualquier rastro de materia fitosanitaria).

Coprohníjar es otra cooperativa que se encuentra inmersa en un proceso de incremento de superficie de producción ecológica a través de la reconversión de la convencional. Su presidente, Juan Segura, reconoce que aunque ya contaban con bastante superficie ecológica, se encuentran en proceso de reconversión. "A la vuelta de uno o dos años, el 25% de nuestra producción será ecológica". En la actualidad, la cooperativa con sede en Níjar cuenta con 400 hectáreas, por lo que el reto es alcanzar las 100 hectáreas de ecológico a corto plazo.

Para gestionar y ordenar este boom en el agro almeriense, la Mesa Provincial de Producción Ecológica es una herramienta muy necesaria que viene a atajar la posibilidad de que se comercialicen partidas bajo el sello de ecológico sin las correspondientes inspecciones o las pertinentes analíticas, lo que podría poner en riesgo este segmento y la imagen de todo el sector agrícola almeriense.

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