Almería

Una herencia conflictiva para los alcaldes que estrenan cargo

  • Isabel Rubio, Jefe de la Policía Local, símbolo sin muestras de apoyo · Ninguna Asociación de Mujeres ha respaldado la situación por la que actualmente pasa esta mujer en el municipio

Mañana sábado se formalizará el relevo en casi todas las Corporaciones Municipales. Aquellos primeros ediles que repiten Gobierno porque se lo han ganado en las urnas ya saben qué tienen en casa. Sin embargo, los de nueva factura, quienes se estrenan en el manejo del bastón municipal, porque igualmente se lo han ganado en buena ley, lo más probable es que hayan de levantar alfombras, abrir los cajones de doble fondo o buscar la llave del armario, a pesar del consabido traspaso transparente de poderes. Tal vez no debiera de ser así, tal vez no lo sea, aunque el que más y el que menos se lo recela. A partir de mañana sábado habrá un inmenso cambio en los Ayuntamientos, como también en otras entidades supramunicipales tal es el caso de la Mancomunidad del Levante almeriense o los distintos Consorcios que dependen de varios municipios. Se da el caso, incluso, de quienes habiendo sido alcaldes renuncian a ser concejales en la oposición, ya se sabe: la familia, recuperar el tiempo perdido; son la misma familia y el mismo tiempo perdido a los que sacrificarían gustosamente en el supuesto de haber ganado el asiento de Regidor.

Habrá cambios, muchos cambios a partir de mañana, y también situaciones no resueltas por los Alcaldes salientes, entre ellas algunas que afectan a personas, a seres humanos, y que habrán de poner de vuelta o del revés los Alcaldes entrantes. En numerosos Ayuntamientos ya se sabe quién o quiénes van a sustituir a este o a aquellos, es algo que siempre tiene letra y lo único que varía es la música. Hay otra música, pero sin letra ni responsabilidad alguna para el alcalde saliente: la patata caliente de qué hacer con el personal que se encuentra en situación conflictiva, no resuelta o resuelta malamente.

Una de estas situaciones, muy mediática por cierto, es la de la Jefa de la Policía Local de Olula del Río. Don Antonio Lucas Sánchez tiene que dejar la alcaldía sin resolver el lamentable estado en que se halla la Policía Local de su municipio. Seis, cinco, agentes de la Policía Local reciben baja por enfermedad sicológica justo cuando es nombrada Jefe Isabel Rubio, una mujer. ¿Y usted no padece ninguna enfermedad con esta situación? "No, no tengo más remedio que afrontarla. Para eso me pusieron aquí, para velar por la seguridad ciudadana y evitar conflictos". La Jefe de la Policía Local de Olula del Río reconoce que "nadie es perfecto, pero siempre he intentado que se entendiera que estamos todos en un mismo barco y que este barco tiene que funcionar". Usted perdone, Isabel, que los agentes bajo su mando argumentan que son víctimas de acoso laboral por parte de usted, entre otras circunstancias. "En absoluto. Lo que sí puedo decir es que el reglamento es el reglamento y que está para cumplirse. Compañeros nuestros, concretamente de AJDEPLA, han hablado con ellos para intentar llegar a un entendimiento. No hubo forma". En Olula del Río, los jueves, día de mercadillo, la gente no quiere hablar de este asunto, total para qué, total para ná, que nos conocemos todos y todos sabemos lo que está pasando.

El Ayuntamiento de Olula del Río, es decir, con los impuestos de los ciudadanos olulenses se han pagado jornadas de trabajo a Policías Locales de otros municipios para, al menos, contar con un mínimo de efectivos. Oiga, Isabel, si no le importa, díganos qué le ha dicho el alcalde que mañana cesa y qué le ha dicho el que entra, Antonio Martínez Pascual, "pues, la verdad es que nada. Espero aún a que hablen conmigo alguno de los dos, he intentado contactar con el nuevo Alcalde sin éxito. Ahora bien, toda la coordinación de actos públicos, atención al ciudadano, más el papeleo de la Jefatura, diligencias, atestados, denuncias, juzgados, todo he de hacerlo yo sola". Isabel Rubio se pregunta hasta dónde va a llegar esta situación "soy acosadora, hago abuso de autoridad, vejo, en fin, barbaridades. Y a mí nadie se ha dirigido para preguntarme ¿oye, eso que dicen es verdad? Y como no digo nada porque nadie me pregunta nada, pues pueden llegar a pensar que es verdad. Incluso el alcalde que sale ahora, en ningún momento me dijo ¿Isabel, es verdad esto que está pasando? Quiero pensar que no me lo preguntó porque quien me conoce sabe que no soy capaz de hacer lo que me acusan".

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