Energías renovables

Los invernaderos, la mayor 'central eléctrica' de España

  • Investigadores almerienses publican en la revista científica 'Energies' que si el techo de estas explotaciones del sureste tuvieran placas solares generarían el 31% de la luz que consume el país.

Los techos de los invernaderos podrían resolver parte de las necesidades hídricas y también eléctricas de la provincia almeriense.

Los techos de los invernaderos podrían resolver parte de las necesidades hídricas y también eléctricas de la provincia almeriense. / javier alonso

Almería es un sumidero de dióxido de carbono, gracias a las más de 30.000 hectáreas de invernaderos que posee en su territorio. A ello hay que sumar el efecto albedo, que mitiga en buena medida los efectos del cambio climático, pues gracias al plástico de estas infraestructuras agrícolas, el reflejo de la radiación solar es menor en esta provincia, contribuyendo a disminuir la temperatura media.

A estos beneficios ya constatados desde hace años, se suman ahora los procedentes de una nueva investigación que busca aprovechar el potencial de las explotaciones agrarias bajo plástico para la instalación de infraestructuras de energía solar.

Se trata de una investigación de la Universidad de Almería realizada por Ángel Carreño, Emilio Galdeano, Juan Carlos Pérez y María del Carmen Galera, que se ha publicado en la revista científica Energies el pasado 31 de mayo, bajo el título 'Policy and Environmental Implications of Photovoltaic Systems in Farming in Southeast Spain: Can Greenhouses Reduce the Greenhouse Effect?' (Implicaciones políticas y medioambientales de los sistemas fotovoltaicos en la agricultura en el sudeste de España: ¿Pueden los invernaderos reducir el efecto invernadero?).

Entre las conclusiones del estudio destaca que el sureste español, esto es, Almería, Granada y Murcia, que suman 41.092 hectáreas de invernaderos, sería capaz de generar cada año un tercio de la electricidad que consume España en ese mismo periodo si el 100% de los techos de las fincas contaran con placas fotovoltaicas y teniendo en cuenta las horas de sol anuales de esta zona, lo que convertiría a estas estructuras del sureste español en la mayor central eléctrica del país.

Las estimaciones de este estudio parten de la tecnología existente en plásticos fotovoltaicos aplicada al techo de los invernaderos y de la utilización tan sólo de un 10% de la superficie del invernadero. A pesar de ello, los efectos son relevantes con esta mínima superficie usada para la producción de energía, que se utilizaría, a corto plazo, para el autoconsumo, dada las políticas restrictivas y legislación nada favorable para las renovables (como el Real Decreto 900/2015, conocido como 'impuesto al sol') y para los usuarios que no son compañías eléctricas, pues existe una situación clara de oligopolio y control normativo de la política energética del país.

Sin embargo, y con sólo la décima parte de los invernaderos de Almería, Granada y Murcia, es decir, con 4.109 hectáreas utilizadas para la instalación de placas solares, la producción de energía sería de 8.507 GWh/año; es decir, "sería superior a las importaciones puntuales de electricidad que está realizando el Gobierno en los últimos años (unos 7.100 GWh), cantidad que representa el 3,1% de la electricidad consumida en España", explica Emilio Galdeano, uno de los investigadores. De ahí que si el estudio se extrapolase al 100% de la superficie invernada, el resultado sería una producción eléctrica, a través de la energía solar, equivalente al 31% del consumo nacional anual.

El efecto en la rentabilidad de los productores, sólo basada en el autoconsumo, podría aumentar desde el 1%, en el escenario menos favorable de inversión, a más del 37%, aún sin contar con ningún tipo de subvención. En el caso de considerar subvenciones, por ejemplo, las relativas a innovación y modernización de las explotaciones actuales, las mejoras en la rentabilidad oscilarían entre el 5% y el 52,78%.

Por otra parte está el efecto en la política energética de España y, especialmente, de cumplimiento de compromisos adoptados por la Unión Europea para 2020, para el que un 20% del consumo energético tiene que proceder de renovables, así como para 2030, para el que existe el compromiso de reducir un 40% las emisiones de gases efecto invernadero (que con la política energética actual son inalcanzables). En este sentido, "también serían claramente alcanzables con la aplicación de estas tecnologías en los invernaderos del sureste del país", recoge la investigación.

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