Muerte en torrecárdenas

"No tengo odio, sólo quiero que se haga justicia"

  • Fernando Yélamos insta al juez a investigar la muerte de su mujer, Marisol, y pide la dimisión de la actual directora gerente del SAS

Fernando y Marisol en la Sierra de los Filabres

Fernando y Marisol en la Sierra de los Filabres / Fernando yélamos

"Yo no tengo odio, sólo quiero que se cumpla la justicia, pido que investigue el juez. Los juicios que hagan a Marisol son los que había puesto ella en vida. Queremos que el juez haga una instrucción de todo lo que ha ocurrido porque ha sido un conflicto laboral grave donde ella ha enfermado en Torrecárdenas con una depresión con resultado de muerte. Y eso es una cosa grave, un delito, es por lo penal y tiene que investigar". Así se expresa siete meses y medio después de su fallecimiento Fernando Yélamos, marido de la enfermera del Hospital Torrecárdenas que el pasado mes de diciembre acabó con su vida nada más incorporarse al puesto tras haber pasado casi dos años de baja por la presunta agresión verbal de un jefe. Una relación causa-efecto, la de su situación laboral y la muerte, que ya ha sido fijada por el Juzgado de lo Social número 1 de Almería.

Fernando insta al titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Almería, el juez Rafael Soriano que acelere todo lo posible la investigación. "No tengo nada contra él, sé que la justicia tiene muchos recortes, como pasa con la sanidad -es médico y sabe de lo que habla-, pero creo en la justicia. Ya hay una sentencia que relaciona la muerte con un conflicto en el trabajo y eso es algo muy grave, tiene que tener prontitud en instruir. No le digo lo que tiene que decir en su sentencia pero sí le ruego que acelere la instrucción", añade.

Asegura que antes del 30 de diciembre de 2014, cuando presuntamente tuvo lugar dicha agresión verbal que desembocó de inmediato en una crisis hipertensiva de la que fue tratada en el servicio de Urgencias de Torrecárdenas "sin que la acompañara nadie", Marisol estaba bien. "A partir de ahí comenzó a marchitarse, perdió unos 15 kilos. Hizo una declaración jurada de su puño y letra que redactó durante toda la noche y se la remitió a la directora gerente de Torrecárdenas". Dicha directora era Francisca Antón, flamente directora gerente del SAS.

Portada de 'Lloran las amapolas', el libro póstumo de Marisol. Portada de 'Lloran las amapolas', el libro póstumo de Marisol.

Portada de 'Lloran las amapolas', el libro póstumo de Marisol. / D.A.

Fernando sostiene que su esposa no se "pudo defender" porque "aunque era muy valiente, pesaba poco más de 40 kilos y había pasado por una crisis hipertensiva cuando ella nunca había tenido la tensión alta". Añade que el estrés postraumático que sufrió ha quedado acreditado por los "peritos más prestigiosos de Andalucía" y defiende que se trata de un problema que no quedó resuelto, al sufrir una depresión y ansiedad que la llevaron a encadenar bajas, días de asuntos propios, vacaciones y todo lo que fue posible para no volver a Torrecárdenas.

"Se puso mala del estómago y tuvimos que hacerle pruebas en Húercal-Overa y Granada porque decía que al hospital no volvía más", dice Fernando, quien apostilla que cuando recibió un alta que se ha probado "improcedente" decidió sucidiarse como "un acto reivindicativo".

Y es que Fernando relata cómo lejos de responder a su declaración o ser recibida por Antón, lo único que hubo fue un burofax a la dirección de Enfermería cuando ya estaba de baja y un encuentro con los jefes que intentaron hacer ver que todo era "mentira".

"Moralmente, después de todo lo que he visto, pido la dimisión de la directora gerente de este momento, ahora en el SAS, de todos los mandos de la dirección de Enfermería y de la dirección económica del Hospital, además del jefe del INSS", dice Fernando, a la vez que recuerda las palabras que leyó cuando presentó el libro 'Lloran las amapolas', publicado de forma póstuma y que recoge los últimos 20 poemas de Marisol: "Al final buitres perversos picotearon tu cuerpo y tu alma. Te erosionaron por dentro. Mandos de éste tu mundo y el mío, tan amado, del que ellos parece que hubieran olvidado los pilares fundamentales", que concluyeron con un homenaje a una de las "grandes enfermeras del Hospital Torrecárdenas y un genio de la poesía. Ésta mujer es Marisol, mi gran amor". Fernando advierte de que lo tiene "todo por escrito" por si le pasara algo y lamenta que si el juicio que declaró improcedente el alta de Marisol hubiese sido más rápido, "no estarái muerta". "La han matado el Hospital Torrecárdenas, el INSS y también la lentitud de la justicia, no hay ningunda duda sobre eso", concluye.

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