Las organizaciones agrarias Coag y Asaja están de uñas nuevamente. Tras un arranque de campaña decepcionante en cuanto a precios, principalmente, con pepino y calabacín, los responsables de Coag y Asaja ya salieron a la palestra para manifestar su preocupación por la situación, enquistada desde hace tiempo, ante las guerras de la comercialización en origen, que redundan en una espiral de bajos precios, 'a la caza' del cliente (gran distribución). Además, volvieron a la carga con el asunto de los mecanismos de gestión de crisis de precios, recordando que son insuficientes y que quienes tienen capacidad para ejecutarlos no lo hace, acusándolos de mirar para otro lado y de complicidad con los compradores de los mercados internacionales.

Con este caldo de cultivo, la amenaza de las movilizaciones en el campo se cierne desde hace meses, si bien, el fantasma había desaparecido desde mediados del pasado mes de noviembre, cuando a causa de la bajada de temperaturas, los precios de las hortalizas comenzaron a aumentar.

Esta semana, Coag denunciaba que hay cuatro o cinco cadenas de supermercados en Europa que compran en Almería y que han "llegado a un pacto de no agresión, saben la cantidad de producto que hay en el mercado y han establecido un pacto ilegal para bajar el precio y repartirse los pocos kilos que sigue habiendo, atentando contra el libre mercado". De hecho, su secretario provincial, Andrés Góngora, acusa al Gobierno de España de llevar a cabo una cortina de humo para que los desorbitados precios de la electricidad pasaran a un segundo plano, a costa de criticar las cotizaciones de las hortalizas. Y solicita una investigación de Competencia y la AICA, algo en lo que coincide Francisco Vargas (Asaja). Ambas organizaciones se plantean movilizar al campo e, incluso, realizar un parón agrario.