La caza en andalucía El negocio cinegético

Bermejo, Garzón y 200.000 más

  • Cada año se celebran en la comunidad unas 25.000 monterías en las que se paga el puesto a una media de 500 euros, pero aquéllas en las que se cobran las mejores piezas suelen correr por cuenta del anfitrión

Hasta hace bien poco, en la entrada de una finca de San Roque, el busto de un impresionante corzo con una cuerna majestuosa recordaba la hazaña. "Cazado por Don Carlos Arias Navarro", ponía la inscripción. La montería, una forma de caza exclusivamente española, ha estado asociada en Andalucía a jueces y ministros, empresarios y aristócratas. Bermejo y Garzón continúan una saga de escopetas ilustres que de octubre a febrero regulan la existencia de venados, corzos, jabalíes y muflones. "En esto de la caza hay desde alevines hasta el Liverpool. Estamos los que cazamos en puestos de 500 euros, los que cazan en puestos de 6.000 euros y los que cazan gratis. Ésos son los que juegan la Champions, los que pueden disparar a venados de ocho años en fincas malladas, los que tienen pieza segura. Los demás, de seis monterías a las que vamos nos volvemos de vacío en tres, y si disparamos a un corzo de tres años ya hemos tenido mucha suerte". Es Luis García, jerezano, una de las 223.000 escopetas andaluzas que opta a cazar en alguno de los 7.461 cotos existentes. Cada coto tiene permitida una montería al año por cada 500 hectáreas. Un cálculo al año se celebran en Andalucía más de 25.000. La caza no es, ni mucho menos, una afición minoritaria. Pero, como dice Luis, hay monterías de regional y de Champions.

Gabriel Sánchez tiene una finca en la que se celebra una de esas 25.000 monterías anuales. El negocio es tirando a ruinoso, aunque hay quien le saca rendimiento. "Ahora prolifera la caza turística. Te traes un autobús de belgas y ofreces un producto typical. Cobras mil euros el puesto y pones a los belgas a disparar a ciervas. Nadie que no sea belga paga mil euros por disparar a ciervas".

Pero ése no es el caso de Gabriel ni de la mayoría de las monterías que se organizan en Andalucía. Un caso tipo. "Pongamos una finca de 500 hectáreas que alquilas para organizar la montería. Podrás colocar 40 puestos a una media de 500 euros. Ese es tu ingreso más la carne. Ahí ya te digo que el mercado se ha desplomado. La mayor parte de la carne se exporta a Alemania. Empezó el año pagándose a tres euros el kilo y la temporada ha terminado pagándose a 70 céntimos. Ahora vayamos a los gastos: 5.000 euros para pagar al personal, unos 30 tíos entre batidores, realeros, etcétera. 10.000 de alquiler. Otros 5.000 euros en gastos diversos de infraestructura, burocracia, comida y todo lo que acompaña... Con suerte, lo comido por lo servido".

Lo que cuenta Gabriel es una montería media en la que los 40 puestos se disputan en finca abierta quizá un corzo, quizá un venado, algunas hembras y luego todos los cochinos asilvestrados que se crucen.

¿Qué es una montería de Champions? Emilio Cano, que pertenece a la asociación Jóvenes Monteros, con sede en Lora del Río, dice que allí "no se va a perder el tiempo. No suele haber más de quince puestos, lo que te garantiza el triunfo. En realidad, tiene mucho de caza artificial porque son fincas cerradas pobladas con ciervos de cuernas grandes. El bicho es más ganadería que otra cosa. Nacen para ser cazados".

Luis y Gabriel coinciden en nombrar las monterías de mayor caché de Andalucía: las de Las Lomas, una finca propiedad de la familia Mora-Figueroa en el término de Vejer. "En ellas es asiduo el Rey y ahí no puedes entrar ni pagando, es por estricta invitación, en zonas malladas, con lo que tienes controlado a lo que puedes tirar. Las piezas son lo mejor que te puedes cobrar en la región. Y te cobras piezas seguro. Habría gente que pagaría una fortuna por un puesto en Las Lomas". En esta finca, según la revista especializada Naturaleza y Caza, el Rey consiguió en el año 2000 el tercer mejor trofeo de venado de la historia.

Mencionan el nombre de otro gran aficionado a la caza, el empresario Juan Abelló, que, según afirman, ha organizado sonoras monterías en su finca de Cádiz. "Nadie piensa que en las monterías de Abelló la gente pague. Una montería de ese tipo, las de negocios, pueden costarle al organizador fácilmente 600.000 euros entre una cosa y otra. La caza, en esos casos, es una excusa".

En el relato que hacen de este tipo de cacería cuentan cómo se llega a la venta a las nueve de la mañana, al puesto dos horas después, cómo se suelta a los perros a las once y media, cómo se empiezan a escuchar disparos a las doce, cómo se para a las tres y empieza la comida (casi siempre garbanzos), cómo después de la comida corren las copas y cómo van llegando los animales muertos cinco o seis horas después de ser abatidos... En esas monterías de negocios "la caza empieza cuando se termina de disparar", bromea Gabriel.

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