tribuna de opinión

PSOE: proteger la Nación. Estar con los españoles

PSOE: proteger la Nación. Estar con los españoles

PSOE: proteger la Nación. Estar con los españoles

A Anselmo Carretero y Gregorio Peces-Barba, en memoria.

JE protégerai la République! Vive la France!", proclamó con orgullo y a boca llena el pasado domingo el presidente Macron, investido de su condición de representante de todos los ciudadanos franceses. Esas frases no son habituales todavía en España, a pesar de que llevamos 40 años conviviendo amparados por la mejor Constitución que nunca tuvimos.

En España, ¿quién protege a España, entendida como "Nación del Pueblo", como bien la denominó Daniel Molina, en La España del Pueblo. La idea de España en el PSOE?¿A cuántos y a cuántas les parece que poner a España por delante de los partidos, de los militantes y de otras cosas es poco menos que una reminiscencia totalitaria o una desviación folclórica?

En el panorama actual del PSOE, encenagado en diatribas internas, España está en un segundo plano para algunos, centrados en mensajes de autoconsumo: un PSOE más de las bases, protagonismo de la militancia descontenta o posicionamiento nítido a la izquierda. Parecen más preocupados por cómo se desharían de los adversarios de partido que por lo que pudieran hacer por España, si triunfaran. Pues bien, el mero objetivo de obtener el poder interno lleva a la irrelevancia: Jeremy Corbyn, más de izquierdas que nadie y candidato de las bases, acaba de decir que él seguirá aunque el laborismo se hunda en las próximas elecciones. ¿Quedarse solos es más de izquierdas?

Más: en el Barómetro del CIS hecho público esta semana, una mayoría de españoles -el 50,5%- se colocan a sí mismos entre los casillas tres y cinco de la escala entre la izquierda y la derecha: exactamente las mismas casillas, entre la tres y la cinco, en que el 55,6% de esos mismos españoles colocan al PSOE, en esa misma escala. Esto sí que es un mensaje: el PSOE está ya situado en las mismas posiciones del espectro político en las que se sitúan la mayoría de los españoles. Menos pregones de izquierda y más centrarse en España, pues.

El PSOE tendrá futuro si es útil para España. Siempre ha sido así. Como dicen Abdón Mateos y Giulia Quaggio, "la Guerra de España terminó de nacionalizar el discurso del PSOE, haciéndolo evolucionar hacia unas modulaciones nacional-populares, hacia una idea de España como España del pueblo". Antes, en los debates de la Constitución republicana, Jiménez de Asúa y Fernando de los Ríos habían defendido una concepción integradora e integral de España, respetuosa de los distintos pueblos, pero contraria a las asimetrías y a las veleidades nacionalistas. Tras la Guerra Civil, "las reflexiones y discursos de los dirigentes socialistas en el exilio se llenaron de la palabra España" (Mateos y Quaggio). Y hasta Largo Caballero, en su Carta a un obrero, abogó por una organización regionalizada del Estado, por entender que ello apretaría "los lazos de unión y patriotismo que deben existir entre todos los pueblos españoles". Sobre esas bases se construyó el proyecto del PSOE para la democracia española.

Durante los últimos tiempos del franquismo, desde 1974, pensando en la realidad de España y en la construcción de una democracia pegada a los territorios, el PSOE trabajó en la formulación de un modelo de Estado que reflejara e integrara esa "España, nación compleja", que tanto ocupó y preocupó a Anselmo Carretero. Ese modelo en el que se trabajó entonces es, sustancialmente, el que hoy tenemos. El PSOE de entonces pensaba en España.

El PSOE pensaba en España como nación cuando se afirmaba que "nacionalidades y regiones constituirán, en pie de igualdad, el Estado federal que preconizamos" (XXVII Congreso, diciembre 1976); o cuando Felipe González titulaba su conferencia de 6 de febrero de 1978, en el Club Siglo XXI, España y su futuro. El PSOE pensaba en España como "nación del pueblo" cuando Juanjo Laborda postuló el "patriotismo constitucional". El PSOE pensaba en España como nación cuando Gregorio Peces-Barba, en el Congreso de los Diputados, el 12 de mayo de 1978, afirmó: "Damos por sentado que España, como nación, existe antes de la Constitución". Dicho lo cual, añadió: "Por eso, el PSOE habla de nación de naciones", rindiendo homenaje, así, a Anselmo Carretero. Tan evidente era la posición del PSOE sobre España que, tras ganar las elecciones de 1982, el New York Times resumió: "Un equipo de jóvenes nacionalistas españoles ha llegado al poder en España". ¡Síntesis grandiosa!

Hace poco, Pedro Sánchez, después de dejar de ser secretario general, ha redescubierto a Anselmo Carretero y a Gregorio Peces-Barba y ha recogido la expresión "España, nación de naciones", como si del bálsamo de Fierabrás se tratara. La novedad fue celebrada en Cataluña. Seguramente, porque pocos han leído completo a Anselmo Carretero o han repasado el Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados,

Anselmo Carretero, por ejemplo, decía en 1980, en su obra Los pueblos de España: "España es una comunidad o familia de pueblos, una nacionalidad superior compuesta por todos los pueblos hispanos" (página 266); o "la unión de todas las nacionalidades españolas en una España cabal es objeto de nuestra preocupación desde hace muchos años" (página 310); o "toda Constitución federal de la nación española deberá reconocer como entidades básicas, iguales en derechos, a todos los pueblos o regiones históricas (…). Todos los pueblos de España, insistimos en ello" (páginas 327-328).

España, como nación compleja, España, nación de naciones. Pero España como Nación. Una España cabal e integradora, pero España. España, como unidad nacional, superior y plural. El PSOE sólo será útil si sirve a España y a todos sus pueblos, por igual. Desde Andalucía, eso siempre estuvo claro. Por eso, el PSOE de Andalucía se llama así: Partido Socialista Obrero Español, de Andalucía. De Andalucía, sí, pero lo español por delante. Al servicio del pueblo español. Y de los andaluces, claro. ¿Se me entiende?

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