Huelva

El fuego amenaza Doñana y arrasa los pinares de Moguer

  • El viento provoca que aumente la velocidad de las llamas a través de la vegetación

  • Alrededor de 600 efectivos trabajan en coordinación para controlar la gran magnitud de la catástrofe

Son palabras que se tiñen de negro. Una historia que ha sufrido, y que continúa, sofocando Huelva, su naturaleza y su verde intenso. La voz de alarma llegó alrededor de las 21:30 del sábado. Un incendio se declaraba en el paraje La Peñuela en el término de Moguer. No fue el único que se registraba durante la jornada -cuatro más tuvieron constancia- pero sí el más amplio en cuanto magnitud.

"Asustaba", decían algunas personas en los corrillos del puesto de mando avanzado. Tanto es así, que a las 00:00 del domingo, la Junta de Andalucía comunicó que activaba el Nivel 1 del Plan de Emergencias por Incendios Forestales. La imagen del fuego recorriendo la vegetación sorprendió a los presentes que intentaban sofocar las primeras llamas. El viento y su velocidad provocaron que el fuego recorriera a una velocidad de vértigo -se estima que a unos seis kilómetros por hora-, mientras que la de los efectivos de emergencias era mucho más baja, razón por la cual no pudieron adelantarse a las improvisadas arreadas de las llamas provocadas por el viento.

Dos efectivos intentan sofocar las llamas que hay en el suelo. Dos efectivos intentan sofocar las llamas que hay en el suelo.

Dos efectivos intentan sofocar las llamas que hay en el suelo.

Alrededor de 2.100 personas de diferentes zonas son desalojadas durante el incendio

El incendio, que comenzó su travesía por la HU-3110, obligó el desalojo de fincas agrícolas de zonas rurales; y tal fue la velocidad de las llamas que terminaron por desalojarse el Hotel Solvasa, el Camping de Mazagón, el Camping de Doñana, el Parador, las casas de Bonares, la barriada de San José, el Alcor, y ya durante el día el poblado de San José y el asentamiento de Las Madres. En total, alrededor de 2.100 personas. Muchas tomaron ayuda de domicilios familiares, y otras fueron realojadas en el Centro Deportivo de Moguer, en el Pabellón de Mazagón, en la Casa de Cultura de Matalascañas, en el Rocío, y en la Casa de Hermandad del Rocío de Almonte.

Pocas horas transcurrieron de madrugada cuando ya se hacía una idea del desastre natural que estaba produciendo y que podría ocasionar el fuego. Durante la noche, sólo los efectivos de a pie pudieron tomar las riendas de la situación, ya que los medios aéreos sólo pueden operar con la luz del día como ordena el Infoca en estos casos. El paso de los minutos requirió refuerzos y en torno a las tres de la mañana el Infoca necesitó de la participación de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Fuentes de los efectivos de emergencias explican que el fuego arrasó 12 kilómetros lineales en menos de cinco horas por la noche.

Hasta las 08:00, unos 23 retenes de efectivos lucharon contra las llamas, hasta que a las 08:15 se añadieron 21 medios aéreos. En total, alrededor de 600 efectivos de todas las áreas de seguridad y emergencias colaboraron en coordinación para intentar sofocar las llamas. Desde personal de tierra, pasando por autobombas, nodrizas, vehículos contra incendios, agentes de Medio Ambiente, Guardia Civil, y muchos otros sectores que no cesaron en el trabajo organizado.

Tráfico cortó tramos en la A-494 y en la HU-3110, para sumarle también durante la tarde la A-483.

La situación del incendio en la mañana de ayer se presentaba como un único frente que avanzaba. Tres focos abiertos de actuación: dos flancos y la cabeza. El flanco izquierdo fue el más preocupante durante toda la jornada debido a su dirección directa al Parque Nacional de Doñana. Con todo, se esperaba un espacio sensible de tiempo desde las 11:00 hasta las 14:00, en el que podrían cambiar las tornas debido al viento. Hecho que ocurrió, pero que movió el viento en la peor dirección posible. Durante el día hubo poniente, levante, y azotó sobre todo al este. Dirección Doñana. El fuego estaba en el entorno pero no llegó a tocar el Parque Nacional.

Continuas reuniones en el puesto de mando avanzado fueron sucediéndose durante todo el día para intentar buscar una estrategia acertada para combatir el fuego.

Pasadas las fuertes rachas de viento, por la tarde aminoró un tanto la situación que presentó un mejor escenario pero siempre con la prudencia, como fueron avisando las distintas áreas control. Todavía, y no paró durante la tarde, el fuego continuaba su andadura hasta el punto de cortar tanto las salidas como las entradas a Matalascañas, siempre velando por la seguridad de la ciudadanía.

El humo denso y el olor a quemado permaneció durante toda la jornada en los alrededores del puesto de mando avanzado, donde llegaban muchos equipos de efectivos para descansar y alimentarse con el tiempo justo de volver a entrar a sofocar las llamas. La intención durante todo el día de ayer fue la de acorralar el fuego, así como mantener a salvo la zona de población, que en todo momento se aseguró que no corría peligro. Las labores por parte de los 600 efectivos se antojó complicada debido a las fuertes rachas de viento, que producían continuamente cambios en la dirección de las llamas. Siempre se actuaba desde el desconocimiento de por dónde saldría el viento, por lo que intentar acorralarlo fue una de las opciones que intentaron en los ataques hacia las llamas.

El Parador de Mazagón llegó a tener el fuego en dos zonas diferentes en menos de dos horas. Aunque se salvó el Parador, sí que existieron pequeños daños ornamentales. Allí se desplazó un grupo de voluntarios de efectivos del Consorcio, que se encontraba fuera de servicio, para ayudar a los bomberos de la capital que trabajaban allí

Muchos vecinos y turistas se acercaron durante la tarde al puesto de mando para informarse de la situación del incendio además de la preocupación contenida por sus casas y vehículos. Con la llegada de la noche, la situación cambiaría ya que los medios aéreos tuvieron que dejar su trabajo a un lado, pero aún así, los dispositivos de emergencias esperaban que las condiciones del tiempo mejorasen con el paso de la horas, que la temperatura bajase, y que llegara la noche para que la vegetación recuperara la humedad perdida durante las horas de sol.

Al cierre de esta edición, todos los efectivos continuaban con los trabajos de extinción y el intento de control del fuego. El frente que dirige las llamas a Matalascañas aminoró, y los trabajos se centraron, principalmente, en las zonas en las que más apretaba las llamas del fuego.

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