Sevilla

La Fiscalía pidió la prisión de la madre del bebé ante los indicios de maltrato

  • El Ministerio Público considera que la madre, Ruth, puede ser responsable de los malos tratos "por acción u omisión" y justifica su encarcelamiento para "proteger" las fuentes de prueba

El juez de refuerzo de Instrucción número 6 de Sevilla, José Ignacio Vilaplana, ordenó este lunes el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza de Ruth F. G., la madre del bebe de seis meses que murió tras ingresar en el hospital Virgen Macarena con fracturas en el cráneo y en las retinas y moratones por todo su cuerpo.

La medida fue solicitada por la Fiscalía de Sevilla, que revisó el criterio que había defendido tan sólo dos semanas antes, ante los indicios de que los malos tratos infligidos al bebé se remontaran no sólo al día del ingreso en el hospital, sino que tuviesen un origen anterior, lo que implicaría supuestamente a la madre "por acción u omisión" en estos hechos, según explicaron ayer a este periódico fuentes del Ministerio Público.

Las mismas fuentes explicaron que el instructor está actualmente a la espera de recibir el informe definitivo de la autopsia, que se considera fundamental para esclarecer si la muerte del bebé se debió exclusivamente al denominado síndrome del niño zarandeado, sacudido o agitado. El pequeño, que falleció el 17 de junio, presentaba hematomas, una fractura en el cráneo y lesiones en la retina, que coincidían con este síndrome.

La Policía detuvo inicialmente a los padres, Brayan S. R. G. y Ruth F. G., de 19 y 18 años, respectivamente, pero el Juzgado de Instrucción número 9, que estaba en funciones de guardia, decidió encarcelar al padre y dejar en libertad con cargos a la madre.

El juez de refuerzo José Ignacio Vilaplana, al que corresponde finalmente llevar la instrucción de este posible homicidio, decidió este lunes citar de nuevo a los padres para prestar declaración y, al término de la misma, siguiendo el criterio de la Fiscalía de Sevilla, decidió enviar también a prisión a la madre.

En este caso, el juez considera que hay indicios para atribuirle a Ruth F. G. delitos de homicidio, maltrato en el ámbito familiar, y abandono de familia, según informó este lunes el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

Hasta ahora, la madre ha defendido que la tarde del lunes 12 de junio, cuando ocurrieron los hechos, había acudido un momento a la vivienda de una hermana suya -que vive en el mismo barrio del Cerezo y a escasos metros- porque tenía un fuerte dolor menstrual y fue a tomarse un ibuprofeno. Según su relato, dejó al niño unos minutos con el padre y en ese tiempo se habría producido la supuesta agresión. Una amiga llamó por teléfono y contestó el padre, que le preguntó si sabía qué hacer porque su hijo se estaba ahogando "con el último buchito del biberón". La mujer, que es madre de dos hijos, fue a la casa y comprobó que el bebé no respiraba, le practicó el boca a boca y un masaje cardíaco, lo que consiguió salvarle la vida momentáneamente.

Ruth F. G. ha asegurado que "no es una mala madre" y se pregunta "qué culpa tenía" en estos hechos, al tiempo que ha responsabilizado a su pareja de lo ocurrido. Una amiga suya apuntó que tenía que haberle denunciado en una ocasión en la que vio una herida que el padre presuntamente le había causado al niño en la boca, pero según la madre no lo hizo por el temor a que la hubieran puesto en "busca y captura" y los servicios sociales le hubiesen quitado al menor.

Para el padre del bebé, identificado como Brayan S. R. G. y que también volvió a prestar declaración en el juzgado, el instructor ratificó la situación de prisión provisional en la que ya se encontraba desde su detención y por los mismos delitos mencionados. En sus declaraciones judiciales, el padre habría negado los malos tratos y habría explicado que le estaba dando el biberón al niño cuando éste comenzó a ahogarse, momento en que lo habría agitado supuestamente con la finalidad de tratar de evitar que se asfixiara, según apuntaron otras fuentes del caso.

El padre también habría exculpado a la madre, al corroborar su versión respecto a que se había trasladado a la casa de una hermana cuando se produjo el suceso.

La Fiscalía de Sevilla ha revisado ahora el criterio que mantuvo en aquella primera comparecencia en el juzgado de guardia al estimar que, a la espera de los resultados definitivos de la autopsia, existen indicios que apuntan a que los posibles malos tratos se situaran más allá del día del ingreso en el hospital y en los que podría haber participado la madre "por acción u omisión".

Según fuentes del Ministerio Público, en la petición de ingreso en prisión de Ruth F. G. también se ha tenido en cuenta la necesidad de "proteger" la investigación y sobre todo evitar que la madre del bebé pueda tener contacto con otras fuentes de prueba relacionadas con esta investigación, como por ejemplo otros posibles testigos de los hechos.

En cualquier caso, la situación de los progenitores quedará mucho más clara cuando el Instituto de Medicina Legal (IML) de Sevilla remita al juzgado el informe definitivo de la autopsia del bebé, que se llamaba Ian.

El niño ingresó en el servicio de Urgencias del hospital Macarena sobre las tres y media de la tarde del lunes 12 de junio. Lo llevó su padre, que llegó corriendo con él en brazos desde la barriada del Cerezo, donde la pareja vivía en una casa ocupada, a unos 350 metros de la puerta del centro hospitalario.

El hospital dio parte de las lesiones al juzgado de guardia y a la Policía, que procedió a la detención de los padres el martes, 13 de junio. Los padres tienen diversos antecedentes delictivos -ella por hurtos y él por robos con violencia- y, según la versión de la familia, la madre había salido de la cárcel en el quinto mes de gestación. El niño nació de manera prematura a los siete meses de embarazo y pesó sólo un kilo y medio.

El bebé estuvo dos meses en la UCI de Pediatría, en la sexta planta del hospital Virgen Macarena, donde Brayan S. R. G. fue detenido durante una de sus visitas al niño por haberle robado presuntamente el teléfono móvil a otra persona que tenía a su hijo también ingresado en el hospital y que resultó ser un agente de la Policía Nacional que estaba fuera de servicio.

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