Andalucía

"Yo no quería, no quería"

  • Una joven mauritana de 14 años declara en el juicio por violación contra su marido de 40 y sus padres, que la obligaron a casarse y a los que acusa de cómplices de las agresiones.

"Yo no quería hablar con él. No quería entrar en el cuarto con él. Yo no estaba acostumbrada a eso, yo no quería. Mi madre me pegaba, me dio un mordisco. Me amenazaban, querían que estuviese con él. Mi padre me decía que si no entraba en el cuarto, me llevaría a Mauritania y allí me matarían, que él tiraría la primera piedra. En el cuarto pasó lo mismo que en Mauritania. Yo no quería, no quería, no quería... ¿Cómo iba a querer?".

La menor tiene 16 años. Hija de un matrimonio mauritano, reside con una familia española. Ayer declaró mediante videoconferencia en el juicio que comenzó anteayer en la Audiencia de Cádiz y que sienta en el banquillo a tres procesados: a su esposo como acusado de violarla y a su padre y a su madre como supuestos cooperadores necesarios en la violación y también como acusados de amenazas y otros delitos. Llorando, sollozando, con frecuentes interrupciones, a preguntas de la fiscal de Violencia Doméstica, Lorena Montero, la menor relató su versión de lo sucedido hasta que, dijo, en junio de 2007, en Puerto Real, E.M., de 39 años, la violó. Con ese hombre, dijo, se había casado "obligada" en 2005, cuando ella tenía 13 años.

La boda se celebró en Mauritania, país del que son originarios sus padres biológicos y su marido. Ella nació en Cádiz y desde muy pequeña, dijo, vivió con la familia española con la que reside ahora. Eran amigos de sus padres, que han vivido en Puerto Real, en Cádiz y en Marbella.

La menor contó que cuando tenía 12 años, su madre la llevó a Mauritania. Que no sabía a qué iba y que tras unos meses allí, la obligó a casarse. La boda duró tres días "o por ahí". Al cabo, vino a decir, su madre la encerró y pese a que ella no quería, el matrimonio se consumó.

La menor explicó que pasaron unos meses y regresó con su madre a Puerto Real. Que estaba enferma y vino a España buscando atención médica. "Llegué y a los meses pasó eso".

Lo que pasó, según relató la joven, fue que su madre acudió a buscarla a la casa de la familia española, con la que residía de nuevo, porque iba a venir su marido. Llegó el hombre y ella no quería acostarse con él, aseguró, pero su madre y su padre le insistían, su madre le pegaba, su padre la amenazaba con la lapidación y finalmente, una noche, E.M. la violó. Ella telefoneó entonces a la que considera su hermana, hija del matrimonio español con el que vive, y ésta acudió por la mañana con ella al hospital y a la Policía para denunciar la violación.

La joven dijo que considera a la familia española como la suya y que puso la denuncia voluntariamente. Que su declaración en el juicio también era voluntaria.

"Me ha hecho una cosa muy mala", contó ayer una hermana española de la joven que le dijo ésta por teléfono cuando la llamó la madrugada del 3 de junio de 2007. "Con eso, yo ya sabía lo que le había pasado. Tranquila, por la mañana te sacaremos de ahí", le respondió.

Un ginecólogo que atendió a la joven explicó ayer que las lesiones que halló en la menor eran compatibles con una relación sexual. Por su experiencia, le dijo a la fiscal, por cómo vio a la joven, cree que habían sido relaciones sexuales "sin consentimiento o sin haberlo deseado".

Los procesados niegan la versión de la joven. El juicio continuará el próximo día 12. La fiscal pide diez años de prisión para el marido de la menor; para la madre, 17 años y 10 meses; para el padre, 15 años y 10 meses.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios