Desde el año 2008 la tasa de paro registrado en la ciudad de Huelva no baja del 20%. Si miramos a la provincia de Huelva la situación es aún más dramática, en pueblos como Isla Cristina o Punta Umbría hay más de un 28% de tasa de paro, en otros como Campofrío más del 34%. Estos datos no son fríos, son escandalosos. Y ¿qué hacemos? Hemos entrado en un letargo cómplice en el que asumimos el drama del desempleo como algo consustancial a la realidad andaluza, curiosamente donde además siempre gobierna un partido con el obrero como estandarte. "Andrés, estoy desesperado, llevo tres años sin trabajar más de quince días seguidos, nadie me quiere por tener más de 46 años… ya no quiero más charlas ni más ayudas, sólo quiero trabajar, estoy a punto de hacer una tontería". Es uno de los testimonios que escucho cada semana, que me agrietan el alma, que me recuerdan que no avanzamos, que me repiten que seguimos siendo una ciudad y una comunidad de parados ¿Hasta cuándo?

La provincia de Huelva deambula entre los efectos efímeros de las campañas agrícolas, el sueño de una minería que vuelva a dar trabajo y la actividad turística que no acaba de repartir dividendos. Y la capital sin embargo lo hace entre el escaso tirón del empleo industrial y un sector Servicios que no acaba de despegar. Y así, esperando, mirando y con algunos empujones, vemos pasar el tiempo. El alcalde de Huelva ha reclamado un Plan de choque para generar empleo a la ministra Fátima Báñez, que no ha dicho ni mú, y he de reconocer que su corporación ha sumado algunas medidas paliativas a las que anualmente propone la Junta con carácter extraordinario, pero evidentemente insuficientes.

Las políticas activas de empleo han desaparecido prácticamente, sumergidas bajo los escándalos de gestión, y dejando al poco eficaz programa Andalucía Orienta como único representante (y eso a pesar de que el SAE se ha llenado de trabajadores cualificados procedentes de la extinta Faffe). Muy poco, muy torpe, muy resignado.

Para el próximo 28 de Febrero, en Sevilla, se ha convocado una gran manifestación con el lema la Andalucía que no se resigna y lucha: a la calle el 28-F, intentando que sea una jornada que descabalgue una inercia que dura decenios. No sé si se conseguirá, conozco ya a muchos vecinos resignados y empobrecidos, pero como dicen los orientadores laborales, no hay más remedio que huir del estado de deses-paro y caminar para cambiar las opciones. Deses-parémonos juntos.

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