el personaje

Una vida dedicada al medio ambiente

Francisco Fernández Antón, coordinador provincial de Agentes de Medio Ambiente de la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, acaba de jubilarse y sus compañeros y amigos le han querido rendir un merecido homenaje por su trayectoria, una vida dedicada al cuidado forestal y medioambiental desde los 24 años.

Nacido en Barcelona, es hijo único, con raíces paternas de Abrucena. Ante la falta de trabajo de la posguerra, sus padres tuvieron que emigrar a Alemania cuando él tenía cuatro años. A los once, retornó con su familia a Abla, donde se instaló de manera definitiva.

Ya desde muy joven sintió la vocación por los trabajos forestales y el medio ambiente. Para dedicarse a ello estudió en la Escuela de Capataces Forestales de Coca (Segovia), donde se preparó a conciencia para formar parte del cuerpo de Agentes Forestales. Con 24 años, con el Título de Capataz Forestal en la mano, ingresó en el Cuerpo de Guardería Forestal del Estado y vio su sueño cumplido.

Su primer destino fue Galicia, en el pueblo de Valeira (Lugo) donde tuvo que hacer un gran esfuerzo para entender a los paisanos hasta aprender gallego, en 1981. De aquella época conserva todavía gratos recuerdos y antiguos compañeros de trabajo que aún visita un par de veces al año y que no ha perdido el contacto con ellos.

En 1983, aún destinado en Galicia, se casa con la que hoy es su mujer, Casilda Martínez. Así, la aventura gallega, acompañado, era más llevadera. Ambos aprendieron gallego y fueron unos años muy felices, a pesar de la dureza de los sueldos de aquella época. Han tenido dos hijos, Gonzalo y Curro, que tienen pasión por su pueblo, Abla.

A principios de los noventa se le concede el traslado a su tierra, a través de la Junta de Andalucía. Su primer destino es en la Agencia de Medio Ambiente y se le asigna la zona de Sierra Alhamilla, que recientemente se había creado como Paraje Natural, con el mismo nombre. Su adaptación fue también muy dura, pues echaba de menos el verde de Galicia, los frondosos bosques y ríos, pues su nuevo destino era lo opuesto, el desierto de Almería. Lo que sí no echaba de menos eran los incendios forestales, ya que en verano, en Galicia podía haber unos 1.500 incendios. En un concurso de méritos se le adjudica una plaza de Jefe de Zona y empieza a tener puestos de responsabilidad. Posteriormente obtiene, también por méritos propios, la plaza de coordinador de Unidad Territorial en la zona de Levante-Norte, donde fue muy querido por sus compañeros y vecinos de la localidad de Antas, Turre, Los Gallardos...

En su última etapa ha sido agente de Medio Ambiente, como coordinador de Unidad Biogeográfica, teniendo a su cargo un total de 16 personas, desempeñado en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, los parajes naturales de Sierra Ahamilla, Desierto de Tabernas y Karst en Yesos de Sorbas. Recuerda con nostalgia todos los vehículos oficiales que ha tenido, primero una moto, luego un Renault 4L, un Land-Rover y por último un Suzuki.

Tiene como aficiones la lectura, buscar setas en la temporada, la pesca y dar paseos por el campo de su pueblo, Abla. Como jubilado tiene pensado realizar lo que su trabajo no le permitía, sobre todo quitarse poco a poco el estrés de su frenética actividad, tomarse la vida más pausada y sobre todo vivir cada día como si fuera el último.

Paco, como le conocen todos sus compañeros y amigos por donde ha pasado, cree que siempre ha actuado con sentido común y justicia, ha tenido un tacto exquisito en el trato con todos, educado, respetuoso y firme en las decisiones de trabajo, siempre buscando el interés general para todos y el cuidado del medio ambiente.

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