AGR Almeria

Jóvenes profesionales al servicio del agricultor

Esta campaña AgrupaEjido estrena subasta en los Mercados de Cortijos de Marín. Roquetas de Mar ha sido siempre un punto estratégico para la comercializadora almeriense que ha reformado por completo sus instalaciones en este punto. El nuevo centro es moderno, práctico y muy luminoso. La luz se ha convertido en el mejor aliado las frutas y hortalizas en esta alhóndiga, mejorando su vista y exposición ante los compradores. En AE Cortijos de Marín trabajan una veintena de personas para dar el mejor servicio a los agricultores de la zona.

Iluminada Fortes es la encargada de trabajar codo con codo junto a ellos para velar por la productividad de los cultivos y la calidad de los frutos. Esta ingeniero Técnico Agrícola dejó Málaga para estudiar en la Universidad de Almería y desde entonces no le ha faltado el trabajo. Comenzó a moverse profesionalmente en este sector en el año 2005 y siempre ha hecho lo que le gusta: "estar en el campo, a pie de invernadero, ayudando a los productores". Tiene una máxima en su trabajo: "si el agricultor está contento, entonces yo estoy contenta".

Desde que comenzó a trabajar en AgrupaEjido ha aprendido mucho sobre variedades de frutos y su calidad. Está muy interesada en el control de plagas y todo lo que tiene que ver con la lucha integrada, por eso siempre ofrece buenos consejos para conseguir productos sanos y fuertes. A Iluminada le encanta como ha quedado el nuevo centro de AE en Cortijos de Marín. Nos cuenta que "los agricultores también están satisfechos". Y es como señala "todo lo que suponga una mejora siempre lo agradecen".

Allí, dentro de la alhóndiga, nos encontramos a Adolfo Barrera. Desde que comenzó la campaña es el coordinador de esta subasta. Antes había trabajado en el área de oficinas de AgrupaEjido La Redonda, uno de los almacenes con más historia y solera del campo almeriense.

A Barrera lo de la agricultura le viene de familia. Si echa la vista atrás se encuentra generaciones y generaciones de agricultores. Sus abuelos ya cultivaban la tierra en Adra y sus padres comenzaron a trabajarla en el pueblo de colonización de Las Marinas. En casa siempre quisieron que estudiara una carrera y se diplomó en empresariales, aunque ayudando de vez en cuando en la finca familiar. Con el paso del tiempo, el destino lo ha colocado entre frutas y hortalizas, que es dónde más cómo se siente. Ahora su máxima es "ayudar a los agricultores a que sus géneros obtengan la mayor rentabilidad posible".

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