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Lo ecológico es sinónimo de garantía para la salud

  • José Gabriel Aranda cultiva hortalizas mediante el método ecológico Su explotación de una hectárea está en Dalías y es la misma desde 1992

"Mis padres eran agricultores y cuando dejé los estudios no quise trabajar en el campo porque no me gustaba nada". Así de claro lo tenía José Gabriel Aranda, vecino de Dalías y que actualmente cultiva hortalizas mediante el método ecológico en un invernadero de una hectárea de superficie.

Las razones del cambio de postura respecto a la agricultura fueron obligadas. "Mi mujer trabajaba en una asesoría, se quedó embarazada y no le renovaron el contrato. Yo trabajaba como transportista y no tenía unos ingresos fijos. Así que decidimos hacernos agricultores porque entonces, en el año 1992, había unas subvenciones muy buenas para los jóvenes que querían explotar la tierra".

Su familia había tenido parrales en los que se producía uva y en los años 80 sustituyeron ese cultivo por invernaderos en los que se criaban hortalizas, tal y como sucedió en gran parte de las parcelas virgitanas. Cuando su padre decidió jubilarse, los invernaderos los siguió explotando el hermano de José Gabriel y éste continuó trabajando en otros sectores.

Una de las razones que provocaban el rechazo de este agricultor ecológico hacia el trabajo en el invernadero era que "conocíamos a vecinos que se habían intoxicado con los productos tan fuertes que se echaban en aquella época. Además, los tratamientos contra las plagas no surtían efecto, había demasiados gastos y muy poco beneficio. Y cuando llegabas a la venta te dañaban en el amor propio al ver que tú habías trabajado muy duramente para conseguir un buen producto y el precio de venta no era bueno. Mi padre nos decía que nos buscáramos la vida en otros trabajos y que no fuéramos agricultores".

José Gabriel mantiene la misma hectárea de invernaderos con la que empezó su andadura como empresario agrícola hace más de veinte años. Dice que "no siempre tener más tierra supone ganar más dinero. Yo tengo amigos que tienen un par de hectáreas y dicen que están hartos de tanto trabajo, de tener que soportar unos gastos fijos muy elevados, de tener que gestionar a tanta gente en el invernadero; para luego no ver ninguna recompensa". En su caso basta con la mano de obra de él y su mujer, la ayuda de sus hijos cuando no están estudiando y la contratación puntual de alguna vecina del pueblo.

José Gabriel y su mujer optaron por la agricultura ecológica en el año 1999 porque "estábamos cansados de luchar contra el virus del tris. Los técnicos nos recomendaban productos muy fuertes para nuestra salud, pero que no eran efectivos contra ese virus. A mí no me gustaba que mis hijos fueran al invernadero y en mi casa no nos comíamos los productos que criábamos porque no me parecía que fueran buenos para la salud de mis hijos y de nosotros. Así que empezamos con la lucha integrada y vimos que aquello era efectivo, que la biodiversidad puede ser igual de eficaz o más que la utilización de productos químicos".

Como dice José Gabriel, "estamos produciendo alimentos y eso no es cualquier cosa. Es muy importante para la vida de las personas, influye en su salud y es por eso que se debe ser riguroso con lo que uno se echa a la boca. Cuando yo regalo mis productos me dicen que están muy buenos y mi hijo se come los tomates a bocados cogiéndolos de la mata".

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