El Puerto de Roquetas es uno de los de más actividad en la provincia. De él viven muchas familias, la mayoría de ellas del municipio. Generaciones y generaciones de pescadores que han hecho de la pesca una forma de vida y destacan a Almería como uno de los puntos productivos más importantes del país.

Uno de ellos es José Iborra. Pese a tener solo 48 años cuenta con un amplio bagaje en el sector. Es armador en Roquetas de Mar y trabaja con seis tripulantes en su pesca con palangre de superficie.

"Yo he sido pescador de toda la vida. Mi profesión me viene de familia, ya que mi padre también fue armador, al igual que mi hermano. De él lo aprendimos todo y por él comenzamos nuestra andadura cuando yo contaba con apenas 14 años", recuerda Iborra al que en Roquetas conocen como 'Pocarropa'. Este particular mote viene de cuando aún era un niño, y es que "siempre me paseaba por el muelle descalzo, a veces prácticamente desnudo. De ahí que un primo de mi padre, que en paz descanse, me comenzara a llamar de esta manera y me quedara con este nombre para los amigos", explica.

"Yo he sido pescador de toda la vida. Mi profesión me viene de familia, ya que mi padre también fue armador, al igual que mi hermano. De él lo aprendimos todo y por él comenzamos nuestra andadura cuando yo contaba con apenas 14 años", recuerda Iborra al que en Roquetas conocen como 'Pocarropa'. Este particular mote viene de cuando aún era un niño, y es que "siempre me paseaba por el muelle descalzo, a veces prácticamente desnudo. De ahí que un primo de mi padre, que en paz descanse, me comenzara a llamar de esta manera y me quedara con este nombre para los amigos", explica.

Precisamente su padre y mentor, pese a tener la edad de 78 años y estar jubilado, continúa faenando en su pequeño barco por las aguas que bañan Roquetas de Mar. "Es un fuera de serie. Tiene dos hernias discales; anda con dificultades, pero aún así, sigue pescando".

Cuando su padre se jubiló, Iborra y su hermano heredaron el 'Laura', embarcación así llamada en honor a su abuela. Desde entonces caminan juntos y viven de lo que más les gusta.

De diez años a esta parte fue necesario cambiar de barco. En ese momento llegó 'Mi Lalita', embarcación con la que hoy desempeñan su labor en la mar y cuyo nombre tiene un significado y un recuerdo muy especial. "Este nombre es en honor a mi hermana, que falleció cuando era pequeña en un accidente y a la que tenemos muy presente y añoraremos durante toda nuestra vida".