AGR Almeria

"Le pese a quien le pese, somos imprescindibles"

  • Antonio Moreno es el secretario de organización de COAG Almería Pone el acento en el papel fundamental que desempeñan los sindicatos

Explota una finca de una hectárea de superficie situada en Vícar, municipio en el que vive. Es hijo de agricultores y desde el principio de la década de los 90 del siglo pasado, es afiliado a la organización agraria COAG (Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas).

Después de haber pasado por todos los niveles de representación de la organización (ejecutiva local, responsable de COAG en su municipio y miembro de la ejecutiva a nivel provincial, pero sin cargo), desde hace ocho años es el secretario de organización de la ejecutiva provincial.

Afirma que se afilió a este sindicato agrario "porque era y es un instrumento válido para desarrollar de la mejor manera mi profesión, mi explotación, y el sector en general. Así que desde el principio estuve integrado en la organización, implicándome cada vez más".

En ese sentido, Antonio Moreno considera que "una organización como COAG es imprescindible, a pesar de que haya personas a las que no les interese que existamos. Es una herramienta útil para defender los derechos de los agricultores, para ayudar a los productores y para ser la voz que identifique al sector, que no atraviesa precisamente por su mejor momento".

Su progresión dentro de las estructuras de dirección del sindicato se produjo casi de manera natural "después de muchos años trabajando dentro de la organización, primero a nivel local, en mi pueblo; y luego a nivel provincial".

Una de las principales caracterísitas de una organización agraria como COAG es que aglutina los intereses y reclamaciones de miles de agricultores de Almería, y en esa unión se basa su fuerza, sobre todo a la hora de reclamar a las administraciones públicas.

Preguntado sobre cómo se lleva ser agricultor y representante sindical al mismo tiempo, este productor vicario explica que "entre semana me dedico principalmente a la organización y los fines de semana le dedico más tiempo a la explotación".

Esto es posible porque su finca apenas tiene 10.000 metros cuadrados, un tamaño inferior a la media que hay en la provincia. Sobre ese aspecto considera que "al agricultor le están obligando a tener explotaciones más grandes porque el mercado pide más producción. Sin embargo, como hay precios más bajos, al final se trabaja más y se tiene más metros cuadrados para sacar la misma rentabilidad".

Preguntado por la incorporación de nuevos agricultores procedentes de otros sectores, afirma que "mientras que sean personas que creen que aquí pueden tener un futuro mejor, es bueno que el sector se regenere".

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