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"Las ovejas son mi vida. No me imagino en otro trabajo"

  • Joaquín Rodríguez lleva desde que nación vinculado al pastoreo, hace ya 24 años Aún con ofertas, este romántico no contempla otra salida laboral

Los trabajos artesanales, aquellos que rezuman historia y forman parte de la cultura y la tradición de muchos territorios de la geografía española, están en peligro de extinción. Por eso, cuenta ver como un joven es capaz de formarse y vincular su vida a una de estas profesiones y, lo que es menos habitual aún, amarla.

Joaquín Rodríguez, pese a contar con solo 24 años, lleva los mismos dedicado al pastoreo. "Nací entre ovejas y moriré con ellas. No me imagino trabajando en otra cosa. Mis hijas y ellas son mi vida", relata el joven, con semblante orgulloso, mientras observa su rebaño pastar en el horizonte.

Joaquín es el mayor de cuatro hermanos. Nacido y criado en el campo, tanto su padre como su madre también se dedican a este oficio y él, desde siempre, quiso seguir sus pasos. Su hermano Juan, de 21 años, parece el único de ellos que también podría continuarlos, aunque a diferencia del primogénito, lo tiene menos claro y el sacrificio que requiere este oficio es uno de los factores que más dudas le causan.

Este joven pastor de El Ejido reconoce que la influencia de sus padres ha sido clave en su devoción por la profesión. Unos progenitores a los que admira: Mis padres no tenían nada y decidieron hacerse con unas cuantas ovejas. Yo valoro mucho el sacrificio que hicieron en una etapa difícil de su vida y lo que trabajaron para salir adelante. Por eso, yo decidí muy pequeño que me dedicaría a lo mismo que ellos".

Tal fue su devoción desde pequeño, que Joaquín recuerda una anécdota de su etapa escolar, cuando le dijo a su padre que había decidido dejar la escuela, "porque le hacía perder el tiempo a mis compañeros y al profesor. No se lo merecían. Recuerdo estar siempre deseando que sonara la campana para irme con mi padre a pastar".

En la actualidad, Rodríguez cuenta con 1.300 cabezas de ganado ovino y en torno a tres centenares de cabras, con las que se le puede ver cualquier día, acompañado de sus fieles e inseparables perros, pastando por la zona de 'El Capitán' en Santa María del Águila.

Al compartir un día con el joven y comprobar la tranquilidad y la paz con la que surca los cerros de la zona, la pregunta se antoja inevitable. ¿Cómo se combate contra la soledad? Para Joaquín no parece un problema. Para él es algo habitual. Es lo que siempre ha conocido y las vivencias con sus ovejas y las anécdotas y los gestos de fidelidad que le demuestra su perro, 'Chico', lo hacen feliz y realizado por tener la suerte de desempeñar lo que más le gusta del mundo.

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