AGR Almeria

24 horas al día dedicadas a una pasión, las plantas

  • Juan Antonio Gómez cuenta con cuatro hectáreas de terreno en San Agustín Su amor a la agricultura viene desde que tiene uso de razón

El pequeño Juan Antonio venía del colegio y se iba a trabajar a las tierras. Cuando cumplió 16 años sus padres lo hicieron autónomo y le regalaron responsabilidades.

Desde entonces, este roquetero de padre granadino nunca ha parado de hacer crecer sus tierras. Hoy día, cuenta con cuatro hectáreas de terreno divididos en varios invernaderos localizados en San Agustín donde planta los pimientos que usted lleva a su mesa. Juan Antonio lleva más de 30 años en el mundo de las plantas, con el que creció en un hogar de trabajadores. "Mi padre era de Guadix, mi padre de un pequeño pueblo llamado Paulenca. Desde que llegaron a Roquetas de Mar se dedicaron a la tierra. Primero, arrendaban terrenos hasta que fueron capaces de tenerlos en propiedad. Yo venía del colegio y me ponía a trabajar, en casa nunca han faltado quehaceres", cuenta el agricultor que durante el próximo mes de marzo cumplirá medio siglo de vida.

Lo que más le gusta de su trabajo es la autonomía, "el ser mi propio jefe, ponerme mis horarios " aunque reconoce que trabaja 24 horas al día, "cuando llego a casa siempre estoy pensando en mis invernaderos. Si se levanta un poco de viento o empieza a llover, nunca puedes estar del todo tranquilo", asegura.

Juan Antonio se dedica cultivar pimientos, y este año, pese a que la calor ha hecho de las suyas provocando más trabajo y gastos cuenta que la producción ha estado dentro de lo que se considera normal.

Los imprevistos, cuenta, son su peor enemigo como agricultor, la climatología siempre ha estado especialmente presente en las decisiones de los agricultores del poniente almeriense.

En sus 30 años de trabajo y esfuerzo recuerda con especial dureza el invierno del año 2005 cuando una tormenta de granizo se llevó de las tres de las cuatro hectáreas de terreno con la que contaba y con toda la producción de pimientos que aún no había recogido.

Pero los años pasan y el tiempo y, sobre todo, el trabajo que va curando lo que un día pudo ser un desastre. Ahora, con sus cuatro hectáreas de terreno completamente recuperadas y produciendo, Juan Antonio Gómez puede asegurar que sus 24 horas de trabajo diario han dado sus frutos y lo han convertido en cara visible de un sector pero también de una pasión. El amor por las plantas y el cultivo que rodea a todos los que, como él, componen un grupo de personas que han llevado los productos y el trabajo almeriense por todo el mundo. Amor a la tradición pero también al futuro. Todo un orgullo poder contar con su trabajo y esfuerzo.

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