AGR Almeria

El arte del pastoreo, labor para unos pocos valientes

  • Enrique Jesús Reina ha vuelto a la primera profesión que conoció de niño Es el encargado de un rebaño con más de 240 cabezas de ganado

El sector ovino vive un preocupante retroceso en los últimos años. Pocos son los valientes que continúan con éste, uno de los oficios más antiguos que otrora era de lo más habitual en el campo almeriense y del que hoy solo van quedando resquicios localizados.

La capacidad de regeneración que pueda tener este trabajo es muy dudosa y, perfectamente, podemos decir que la de pastor es una profesión de peligro en extinción.

Recorriendo los llanos de Roquetas de Mar, a la espalda del Centro Comercial Gran Plaza, entre un inmenso mar de invernaderos, nos topamos con Enrique Jesús Reina, un hombre de semblante impertérrito pero que destila una enorme bondad en su mirada. Se levanta a las cinco de la mañana cada día, y pasa prácticamente 20 horas pastando con un rebaño de más de 240 de cabras y ovejas. No son suyas, trabaja a renta, pero como si lo fueran. Reina tiene mano para cuidar a estos animales y practicarles los intensos cuidados que requiere. Pero si sigues hablando con él, te das cuenta que este hombre es diestro en lo que se ponga a hacer.

"Recuerdo aquellos días de verano con mi familia donde aprendí este oficio. Muchas horas al sol por aquellos parajes del 120, donde hoy está la Urbanización Los Pinos. En aquel entonces no existía nada de eso", recuerda este trabajador de los primeros contactos con este oficio ya en la infancia.

La vida le llevó por otro lado, pero los caprichos del destino, lo han llevado a verse enrolado de nuevo en el oficio de pastor.

"He sido de todo: carpintero, albañil, encofrador, panadero y hasta jardinero para el Ayuntamiento de Huércal de Almería", recuerda Reina, pero la crisis vino sin avisar. Había que cambiar el chip y salir adelante. Por eso, la vida le brindó la oportunidad de ser pastor de nuevo, un oficio muy duro pero del que se siente orgulloso. "Por ahora está bien, pasamos tiempos difíciles y tengo una familia. No quiero que sea mi trabajo para toda la vida, pero por ahora no me quejo", explica el pastor.

El ganado, propiedad de un empresario, está destinado a producir carne y leche. Un volumen importante que Reina sabe como trabajar. Como buen conocedor del sector, este pastor también vaticina un futuro incierto para la profesión. "Esto está desapareciendo. Llegará un día en el que las cabras sea un artículo de lujo. Es una pena, pero entiendo que es un trabajo muy duro y que no todo el mundo está dispuesto hoy día a desempeñar si no es por necesidad", explica sobre una labor que, probablemente se esté manteniendo por los propios efectos de la crisis.

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