AGR Almeria

"El esfuerzo ha sido la clave en la Venta del Pino"

  • La familia Vergara se jubila tras casi 50 años al frente de este establecimiento que ha dejado grandes recuerdos a varias generaciones de almerienses

Anécdotas familiares y recuerdos imborrables. Eso es lo que prácticamente cualquier almeriense se le viene a la mente cuando entra al restaurante Venta El Pino en la carretera A-1075, la misma que de toda la vida recorríamos durante viajes interminables a Granada pero que se hacían mucho más amenos gracias a esta venta, en término municipal de Nacimiento. Hoy, pese contar con la A-92 como vía rápida, la salidas número 354 y 352 siguen siendo un desvío obligado para muchos de los viajeros y trabajadores que pasan por la comarca, tal y como pasaba antaño.

La familia Vergara-Requena ha regentado este restaurante desde hace casi 50 años, sin duda el establecimiento con más solera de la comarca, y puede que de la provincia, pues es la única venta junto a la del Pobre, en el término municipal de Níjar. Antonio, junto a sus hermanos Miguel, Manuel, José, Gil y Encarna, han dedicado toda su vida a servir al viajero con la ayuda de sus cónyuges.

"Mis padres se hicieron cargo de La Venta el 12 de abril de 1970, cuando llegamos de Rojas, una barriada de Nacimiento. Éramos ocho, ellos y los cinco hijos, el mayor con 19 y el menor con dos", recuerda Antonio Vergara, tercero de los hermanos. Fueron precisamente los tres mayores quienes siguieron con el negocio de sus progenitores cuando estos decidieron jubilarse.

Criados en La venta, Antonio recuerda las larguísimas jornadas de duro trabajo al frente de un restaurante que hasta hace 16 años no cerró sus puertas ni un minuto al día durante los 365 días del año. Incluso, aunque algunos no lo sepan, también sirvió de hospedaje para muchos viajeros que elegían este establecimiento por la calidad de su gastronomía y su trato familiar y amable.

"Trabajábamos muchísimo, y seguimos haciéndolo, porque aunque ya no estamos abiertos las 24 horas, es casi como si lo estuviéramos. Nuestras puertas están abiertas a diario desde las 5:00 horas de la madrugada hasta las 12:00 de la noche", explica Herminia Ocaña, esposa del primogénito de la familia, Miguel, que acaba de jubilarse.

"Recuerdo como tuvimos que tener a nuestros hijos internados en el colegio en la capital al no haber aquí transporte. Nos debíamos al trabajo. Precisamente por ese esfuerzo realizado durante tantos años la Venta es lo que es hoy", cuenta Antonio.

Antonio cuenta ahora con sesenta años y ya ha decidido que es el momento de ceder el testigo. Él, en su caso, lo tiene claro: "Aún jubilado y fuera de La Venta continuaré trabajando y lo haré en mi segunda pasión: el campo y la ganadería", explica Vergara, quien cuenta con más de 1.500 cabezas de ganado tanto caprino como ovino.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios