AGR Almeria

"El agricultor almeriense siempre ha sido muy dinámico"

  • Marta Vargas es la directora del laboratorio de Coexphal, Labcolor, desde el pasado mes de junio Conoce a la perfección un centro al que entró en 1999

El laboratorio de la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería, Coexphal, lleva ya casi 30 años dando servicio a las empresas comercializadoras a las que representa. Una especie de CSI del campo almeriensem donde todo se analiza, nada se deja al azar con bajo el control más pulcro y riguroso de profesionales de contrastada experiencia, y que se encargan de garantizar la calidad de los productos hortofrutícolas de la despensa de Europa, así como en la investigación de nuevas soluciones que mejoren aún más si cabe el sector y su posición de referente en Europa.

El laboratorio, sito en La Mojonera, fue puesto en marcha por Mariano Contreras, quien fuera su director hasta el pasado mes de junio de 2015, cuando cediera el testigo a Marta Vargas, quien entró a formar pare de la familia de este centro allá por 1999, como química, y cuya dinámica, estructura y labor conoce a la prefección. Ha estado en buena parte de los hitos más importantes del centro, y también en las crisis que ha tenido el sector agroalimentario almeriense y en los que se vivieron momentos complicados. Durante su andadura, el laboratorio ha ido adaptándose a la evolución del sector. Uno de los últimos hitos llegó con la creación del área de control de calidad de enemigos naturales en 2007 para el estudio de la calidad de organismos auxiliares empleados en el control biológico de plagas, que tornó en una realidad y en el futuro más inmediato para el campo almeriense por aquel entonces.

"Esto fue un cambio radical en el campo. Nadie creía en la fauna auxiliar y el pimiento, por ejemplo, desde su aparición en tan solo un par de años ya se producía de esta forma. Lo que parecía algo imposible, cómo íbamos a controlar las plagas con otras plagas 'buenas', pues se hizo. En el laboratorio siempre confiamos en las posibilidades del control biológico, de hecho, hubo un Departamento de Coexphal que tenía ese nombre y que terminó integrándose en otros porque los clientes dejaron de necesitar aquel asesoramiento", explica Vargas.

"Teníamos mucha gente trabajando en el control biológico y estábamos convencidos de que el campo sabría ponerlo en práctica, porque en eso, los agricultores almerienses siempre han demostrado ser muy dinámicos", explica la responsable de un laboratorio que vivió otro de sus grandes cambios con la implantación en las empresas comercializadoras de la higiene agroalimentaria. Poner aquí el punto de mira fue un hito muy importante. Que además hoy sigue siendo uno de los puntos fuertes, más aún tras la crisis del E. Coli", y que pasó a formar parte como algo esencial de la cadena productiva (el control microbiológico).

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