Almería

A punto de ver su hogar esfumarse

  • Bella Casado y Juan Antonio Gil llevan tres décadas habitando en la misma vivienda. Hace cinco años, la hipotecaron parcialmente para saldar una deuda. El banco reclama hoy que los desahucien por impago

La casa de esta familia está en el barrio del Quemadero. Han vivido ahí toda la vida. Él, Juan Antonio Gil, ha trabajado durante 24 años para la ONCE y su sueldo ha sido el único ingreso de la familia. Hace tres años y medio optaron por hipotecar una parte de su casa para saldar una deuda anterior. Poco después, Juan Antonio tuvo un accidente y no pudo volver a trabajar. Al estar de baja, con el salario que percibe no alcanza a pagar las cuotas mensuales. El banco ha denunciado a la familia y reclama el inmueble como forma de pago del préstamo que no han podido saldar.

El 18 de junio pasado recibieron una carta del Juzgado de Primera Instancia número 3 en la que les comunicaban que pronto les notificarían una fecha para efectuar el desahucio de su vivienda.

Cuando Juan Antonio Gil tuvo el accidente y se dio de baja, su suelo pasó de ser de en torno a 1.600 o 1.700 euros a no pasar de 1.000 euros. Las cuotas de la hipoteca que debían pagar eran de 1.300. Ante este panorama, tuvieron que dejar de pagar las mensualidades. Intentaron negociar con la entidad financiera pero "se negaron a refinanciar la hipoteca, a recibir pagos parciales de las cuotas o a concedernos una hipoteca puente", asegura Bella Gil Casado, hija del matrimonio quien se ocupa de los aspectos legales del caso.

El banco al que adeudan la hipoteca es General Electric. Esta entidad no tiene sucursal en Almería, por lo que las gestiones las hicieron a través d euna financiera que ya no existe: Global Finanzas. Soluciones Financieras.

La familia asegura que desde el primer momento que no pudieron hacer frente a las cuotas reciben "amenazas". "Yo no me he negado a pagar. Solo pido que nos rebajen la cuota mientras mi marido está de baja. Una vez que cobre la pensión de jubilación, podremos saldar la deuda", relata la dueña de la casa.

Los Gil Casado aseguran que se sienten "engañados" por la entidad financiera. "Hipotecamos nuestra vivienda para saldar tres deudas pasadas: una de 42.000 euros, otra de 14.900 y la última de 30.500", acreditan mediante documentos.

La suma de estas cantidades no llega a los 90.000 euros. Su casa, un piso de 113,44 metros cuadrados construidos, fue tasada el 13 de febrero de 2008 en 180.186 euros por la compañía Intraser S.A.

Esto supone que el inmueble cubre el doble del préstamo adeudado. Sin embargo, en la denuncia presentada por la entidad financiera, reclaman el total de la vivenda y la familia se quedaría sin nada.

"¿Cómo pueden hacer estos préstamos que son estafas?" se pregunta Juan Antonio Gil Casado mientras relata que, al momento de fijar las cuotas mensuales a las que se comprometería a pagar, el despacho mediante el cual tramitaron el crédito los presionó para firmar las cuotas más altas posibles. "Yo les dije que podía pagar 600 euros mensuales y terminamos firmando letras de 1300", asegura.

Los expertos en créditos hipotecarios recomiendan que el compromiso de pago no suponga más del 30% de los ingresos familiares. En el caso de Juan Antonio y Bella, la cuota supone más del 75% del sueldo del hogar cuando él aún trabajaba.

El matromonio se pregunta por qué el banco no acepta cuotas menores mientras logran reunir el dinero necesario. "Sí hay nómina, ¿por qué no cobran de ahí?", se preguntan una y otra vez.

"Me costaría la misma vida irme de mi casa, pero he llegado a pensar: que se la queden y yo me voy de alquier", asegura Bella Casado angustiada. Sin embargo, el banco no acepta esta fórmula, puesto que reclama el pago de las cuotas que adeudan.

Por este motivo, la familia se ha puesto en contacto con la recién creada Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Almería. La asociación intentará mediar para evitar el desahucio de la vivienda.

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