La cofradía de la Macarena consiguió transformar la tarde de ayer en un nuevo y mágico Lunes Santo con la salida extraordinaria de la venerada imagen mariana en su paso de palio, exquisitamente engalanada para la ocasión y cálidamente acompañada por centenares de cofrades. Tal fue el ambiente que se vivió en los alrededores de la iglesia parroquial de San Ildefonso, en el barrio de la Plaza de Toros, que dispuso sus mejores galas para celebrar el 25 aniversario fundacional de la hermandad decana del Lunes Santo.

Tras la Eucaristía de Acción de Gracias que tuvo lugar por la mañana, la puerta del templo situada en Ntra. Sra. de las Mercedes se abrió a las seis de la tarde para dar paso a la comitiva procesional que inició la cruz de guía, seguida de las prehermandades, hermandades de gloria y penitenciales, ordenadas por día de salida, con una numerosa representación de cada una de ellas que quisieron mostrar así el cariño que desde su fundación ha despertado la cofradía de la Macarena. También hay que destacar la presencia del Cuerpo Nacional de Policía, como hermano mayor honorífico; el excomisario jefe y padrino de la bendición de la imagen, Antonio Martín; el torero lorquino Pepín Jiménez, y todos los hermanos mayores que han desempeñado la máxima responsabilidad desde 1986. Igualmente, acompañaron el cortejo procesional el presidente de la Agrupación de Cofradías, José Antonio Sánchez Santander, miembros de su junta de gobierno y los de la comisión organizadora de este vigésimo quinto aniversario fundacional.

La Virgen estrenó un manto que ha sido donado por un costalero del paso de palio, en un verde oscuro adamascado con incrustaciones doradas en relieve y que ha sido realizado en el taller de bordado de la hermandad. Igualmente, la Macarena llevó una saya de terciopelo rojo perteneciente a la imagen de Ntra. Sra. del Rosario en sus Misterios Dolorosos, titular de la cofradía de las Tres Caídas, de Granada, cedida para este acontecimiento. Por su parte, Álvaro Abril, vestidor de la Virgen, colocó a la Macarena una blonda de encaje de bolillo para cubrir el rostrillo y pecherín; y la cofradía de la Santa Cena cedió para la ocasión la toca de sobremanto de María Santísima de Fe y Caridad.

Numerosas mujeres vestidas de mantilla acomparon a la Virgen, cuyo paso de palio fue precedido por el Cuerpo de Acólitos Ceriferarios de la cofradía del Silencio que portó los ciriales del paso. Félix Miguel Donis, hermano mayor, y Francisco Salazar Zamora, párroco y consiliario, ocuparon las presidencias del cortejo que contó con el acompañamiento de la Banda de Música de Torredonjimeno y un bonito recorrido en el que no faltó el 'encuentro' con el Cristo del Amor al pasar ante la iglesia de San Sebastián.