Almería

El 15-M regresa a las calles de forma discreta en su primer aniversario

  • Apenas dos mil personas recorre el Paseo, la Rambla y se concentra en el Auditorio a recordar sus primeros lemas

El objetivo era demasiado ambicioso. El primer aniversario del 15-M llegaba a Almería después de varias manifestaciones de los sindicatos mayoritarios contra los recortes del Gobierno. El listón estaba demasiado alto y, al menos a la luz de lo que se pudo ver durante la tarde del sábado en el Paseo y la Rambla, se cumplió tímidamente el objetivo de movilización que se esperaba más numerosa en el primer aniversario del movimiento del 15-M en la capital almeriense. Apenas fueron 2.000 quienes se sumaron a una convocatoria que, aunque llevaba meses alejada de las calles, sí parece denotar cierto cansancio.

El recorrido tampoco tuvo la estrecha vigilancia policial que se dio en otras localidades del país y las fuerzas de seguridad cumplieron de manera discreta con su labor de control del recorrido por donde se desarrolló la marcha que transcurrió desde la Puerta de Purchena, para bajar El paseo y subir por la rambla hasta el Anfiteatro, donde se hicieron varias lecturas de los principios básicos de la plataforma de indignados.

Varias pancartas, la de la cabecera con el lema El mundo para las personas, no para los mercados. Por un cambio global, agrupaban a los convocados que volvieron a hacer gala de originalidad en los lemas y carteles.

La marcha transcurrió sin incidentes, entre música y baile y en un ambiente "alegre y festivo", según ha explicado uno de los participantes, que ha destacado la "ilusión" y la "esperanza" que, en su opinión, transmiten los manifestantes, que "están convencidos de que el cambio que reivindica el 15M no es una utopía, sino que es posible, ya que la utopía es seguir como estamos".

El anfiteatro de la rambla fue el escenario escogido para reivindicar una "distribución justa de los recursos económicos" ya que la actual "condena a la inmensa mayoría de la población mundial a la incertidumbre diaria y a las generaciones del futuro a una herencia huérfana de justicia social. No daremos ni un paso atrás en la defensa de nuestros derechos" y aseguraron que "los gobernantes tienen la obligación de hacer valer nuestras necesidades y deben escucharnos".

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