ocio veraniego Un entretenimiento a orillas del mar

A las cinco, bingo en la playa

  • Un grupo de once señoras se reúnen todas las tardes de verano desde hace 26 años para echar las partidas más "divertidas y emocionantes" · San Miguel es su lugar

Desde que Patro, la mayor del grupo con 77 años llevó el bingo a la playa de San Miguel hace 26 años, "echar unos cartones" se ha convertido en la mejor tradición para un grupo de jubiladas, en su gran mayoría, almerienses de edades comprendidas entre los 49 y los 77 años. A las cinco comienza la partida, Julia, Juana, Parto, Elena, Mercedes, Concha, Paquita, María, Concha y Mari Carmen, bien equipadas, se preparan para pasar la tarde de ocio más divertida y tradicional a orillas del mar.

Con toda la indumentaria playera necesaria, como son sillas, sombrillas o tablas para los cartones que guardan en las casetas de enfrente para no cargar peso desde casa, el grupo de mayores o "maduras" como ellas se autodenominan, se sitúa en la playa San Miguel. "Es la más cercana, la mayoría de nosotras vivimos en Ciudad Jardín", explican a Diario de Almería. "Todo empezó porque nos juntábamos para comer todos los días, por aquel entonces había muchos bingos en la ciudad, así que lo trajimos un día y desde entonces se ha convertido en nuestra mayor afición, nos sigue emocionando jugar", comenta Patro, la fundadora del bingo.

El hecho de que su posición sea de espaldas al mar responde a la necesidad de reguardarse del viento y cubrirse del sol, ya que el bingo tiene lugar entre las cinco y las ocho y media de la tarde. Suelen echar entre ocho o nueve partidas con tiras de seis cartones cada una, con pequeños descansos entre una y otra para tomar un baño o merendar.

El equipo de juego es fabricado por ellas y está adaptado perfectamente a los requerimientos de un bingo playero; los cartones están plastificados para que no se mojen ni se manchen; las fichas son conchas "jaquecas" o piedras pesadas que no se vuelan con el viento y las tablas de corcho hacen de mesas donde apoyar sus cartones.

"Los cartones son comunes, los hemos perfeccionado, hemos evolucionado, ahora están plastificados pero al principio eran bandejas de congelados de carne o pescado, y usábamos conchas y piedras que había en esta playa antes de que fuera de arena."

La cuantía de las ganancias es simbólica, a cinco céntimos el cartón, algo irrelevante en comparación con la enorme diversión que les reporta la ociosa reunión.

"Jugamos al bingo por tradición desde que Patro lo trajo a la playa no hemos cambiado, es el que más nos gusta", explican.

Con el invierno no acaba el juego, aunque sí su periodicidad. Las señoras se reúnen todos los fines de semana en casa de alguna de ellas para seguir con su mayor afición. "Lo mejor es en verano, nos juntamos todos los días de la semana, como somos muchas siempre hay gente suficiente para jugar unos cartones, también charlamos y nos bañamos pero la partida es lo principal", explican a Diario de Almería.

La incorporación de nuevas jugadoras a la partidas es inusual "Somos un corro muy cerrado, puede venir alguna nueva en caso de ser amiga del grupo, pero no suele pasar. También han fallecido algunas", comentan las jugadoras.

Respecto a la ausencia de hombres en la mesa de juego, las mujeres argumentan, riéndose, que han sido siempre mujeres y que no quieren hombres en su corro.

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