Dos fueron los motivos principales que llevaron, hace ahora diez años, a los sevillanos Javier Díaz, director, Eduardo de Andrés, subdirector, y al velezano Francisco Jiménez, presidente fundador, a poner en marcha en Vélez-Rubio un proyecto que con el paso de los años ha ido consolidándose y ganando prestigio a nivel nacional y andaluz, el Centro de Estudios Intensivos Taibena. El primero de estos motivos fue la vinculación directa de Francisco Jiménez con Vélez-Rubio, su pueblo natal, y el segundo, la predisposición y la buena acogida que se encontraron en Vélez-Rubio, en concreto, en el personal de la Residencia Escolar San José donde se ubica este centro durante los meses de julio y agosto.

Desde el principio todo fueron facilidades a la hora de "prestarles" las infraestructuras necesarias y, no solo eso, sino a la hora de colaborar en todo lo necesario, tanto a nivel de personal como de gestión administrativa. Un apoyo prestado durante estos diez años por el director de la Residencia Escolar, Manolo Fernández, y la secretaria, Ana Merlos.

Los cursos de verano del Centro de Estudios Taibena se imparten en régimen de residencia y están dirigidos a alumnos y alumnas de Bachillerato y ESO. Las magníficas instalaciones de la Residencia Escolar permiten una cómoda estancia de los estudiantes, con una atención personalizada donde se cuida hasta el mínimo detalle. Un Centro que acoge todos los veranos a jóvenes llegados desde todos los puntos de España y gran parte de ellos de Andalucía, de provincias como Sevilla. Muchos con ocho o más asignaturas suspensas, que, en la mayoría de los casos, aprueban todas en septiembre.

Entre otros motivos, son estos resultados educativos los que han hecho que, a pesar de la crisis, el centro permanezca abierto este verano con más de 60 alumnos, habiendo contado algunos años con más de 100. Jóvenes que cuando llegan a la residencia "son los mejores alumnos posibles" para Javier Díaz porque "ponemos toda nuestra confianza en ellos y responden con su trabajo y su estudio". El director valora de forma muy positiva la experiencia durante estos diez años en Vélez-Rubio, "si tuviera que quedarme con algo me quedaría con todo, pero sobre todo con los aprobados de septiembre, esa es nuestra mayor alegría", opinión que comparte Eduardo de Andrés. Para ambos es una gran satisfacción formar parte ya de la vida del pueblo, "no somos considerados forasteros, en Vélez-Rubio estamos ya como en casa y nos implicamos en todo lo que podemos".