Una sorprendente medida adoptada por la concejal de Seguridad y Movilidad, María Muñiz, entra en vigor hoy. Los dueños que sean pillados in fraganticuyos perros defequen en la vía pública y eximan sus responsabilidades de recogida, recibirán una sanción que oscilará entre 75 y 500 euros según el peso de las deyecciones.

Manolo Guzmán, concejal de Fomento y Servicios Urbanos, anunció esta medida ayer tras la crítica a la campaña recibida por la Asociación Protectora de Animales Almeriya, que criticó la arbitrariedad con la que podía ser tratada la reincidencia, el anterior factor determinante en la cuantía de la sanción. "Mañana entrará en vigor la nueva ordenanza, con la cual queremos demostrar que esta campaña es fruto de una demanda ciudadana y queremos trabajar junto a los almerienses para mejorar la imagen de nuestra ciudad", señala el concejal.

Los encargados de la medición serán los mismos agentes de la Policía Local, quienes denunciarán las infracciones, para lo cual estarán aprovisionados de un micrómetro, un instrumento que permite la medición de las dimensiones de un objeto determinado, en este caso, las mierdas de los canes. El micrómetro se ayuda de dos puntas que se unen por la acción de un tornillo de rosca fina que tiene impregnado sobre su contorno una escala.

Fuentes policiales aseguran que la mínima sanción será de 75 euros por un peso menor a 75 gramos, éste incluido, y la cuantía irá en progresivo aumento en paralelo al peso de la deposición, de modo que un excremento de 500 gramos será multado con 500 euros.

El lunes 17 se inició la campaña de concienciación ciudadana para la recogida de excrementos caninos más agresiva de la historia de la capital. Por este motivo, Almería se ha inundado de mupis, carteles, lonas y vallas en los que se puede ver el cartel con el eslogan "¿Quién es más perro? Sus necesidades son tu obligación". Sin embargo, esta modificación ha supuesto un gran cambio en cuanto al pago de la multa. "Un alivio para algunos, aquellos que tengan un perro pequeño como un yorkshire o un bichón maltés, pero para mí es una faena, una injusticia" comenta Alberto, mientras pasea a Luca, su dogo alemán negro, por el Parque Canino del Andarax.

El Ayuntamiento aconseja a los dueños de perros con grandes dimensiones cambiarlos por una raza de menor tamaño para así adaptarse a la ordenanza municipal. En caso de no querer cambiar de can, lo mejor es recoger las cacas, por muy grandes que sean y depositarlas en la papelera.