Almería

Urbanismo planteó desmontar y poner El Toblerone en otro lugar

  • La idea de Venzal era recolocar módulos en espacios sin contenido como equipamiento social

No parece tan descabellada la defensa de El Toblerone por parte de colectivos sociales cuando el propio concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Almería, Pablo Venzal, ha llegado a plantear la posibilidad de desmontar el silo de mineral y reubicarlo por módulos en otros puntos de la capital para su uso como equipamiento social y cultural. Una idea que, como es obvio, ha quedado ya lejos de convertirse en realidad cuando los trabajos están más que avanzados y restan días para la desaparición de este elemento referencial del paisaje urbano de Almería.

La propuesta planteada por el responsable de la Gerencia de Urbanismo no es muy lejana. Fue motivo de consulta a finales del pasado año y el edil quiso recabar la opinión del Colegio Oficial de Arquitectos de Almería. Convocados a una reunión, Venzal expuso la idea de proceder al desmontaje de El Toblerone por módulos y recomponerlo en una parcela propiedad municipal como equipamiento público o bien montar módulos sueltos en solares vacíos de contenido de titularidad del Ayuntamiento con igual finalidad. Según el Colegio de Arquitectos, el concejal de Economía y Territorio incluso les encomendó trabajar sobre este planteamiento, que los profesionales prefieren no calificar, si bien estiman el propósito de darle uso a espacios actualmente sin contenido de la capital. Independientemente de la viabilidad técnica o no del desmontaje y recomposición de El Toblerone, lo cierto es que sus propietarios privados van a aprovechar las placas de hierro para restar cifras al coste de la actuación de desmantelamiento, que no ha conseguido ningún paraguas de protección por parte de las administraciones públicas.

Admite el Colegio de Arquitectos el poco valor histórico de El Toblerone, cuya construcción suele datarse en 1972, y entiende que su consecución y sobre todo la puesta en valor de este edificio, sin uso durante años y del que desconoce el estado de su interior, puede acarrear una cuantiosa inversión pública complicada hoy en día de asumir. Aparte de estos apuntes realistas, el Colegio considera que "la rotundidad de su arquitectura permite soñar"... Pone como ejemplos el mercado de San Miguel o el matadero de Legazpiz en Madrid. Sueños, no obstante, que entienden que debieran haber llegado años atrás en lugar de "dejar dormir el sueño de los justos como está ocurriendo con otros espacios en la ciudad".

Reprochan a la administración pública no haber meditado con detenimiento alternativas para El Toblerone, aunque el final hubiese sido el mismo. Considerándolo ya insalvable, el Colegio invita al Ayuntamiento a planificar un desarrollo de la zona que no se limite solo a la construcción de "edificios estándar de los años 60" y que el derribo de El Toblerone se perciba como un error. Abogan por un diseño que haga que esta pastilla se convierta en "la nueva postal de Almería con el vigor y la rotundidad del silo".

El Ayuntamiento, por su parte, pidió ayer a la empresa encargada de la demolición que extreme las medidas de seguridad para evitar las molestias a los vecinos.

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