Almería

Monasterio de la Purísima (X):Patrimonio

  • Dominio. Salvo en tres momentos puntuales, las monjas permanecieron en su clausura desde 1515, fecha de la fundación. Conservaron en propiedad el convento, aunque perdieron suelo urbano

SI bien durante el periodo francés no fueron exclaustradas ni su convento afectado en las desamortizaciones religiosas, en tres ocasiones se vieron obligadas a abandonarlo. Señaladas en capítulo atrás las barracas a extramuros -cuando los terremotos de 1804- y a la espera del nefasto 1936, la primera tuvo lugar en las postrimerías del siglo XVII. Como saben los lectores, la catedral se construyó a modo de fortaleza medieval defensiva (cubos, torres, troneras) frente a incursiones piráticas marítimas y ataques berberiscos desde el norte de África. A tal fin, el templo estuvo reservado como lugar de acogida preferente de sus propios servidores y clero secular, mientras que los frailes regulares quedaban al amparo de sus Casas fundacionales. ¿Y las monjas?: las monjas junto al pueblo llano, en la Alcazaba.

DULCES

En el segundo recinto funcionaba la tahona general encargada del suministro de pan al vecindario y, aledaño a ella, el habitáculo para alojar a las mujeres consagradas. De capilla les servía la ermita de San Juan, mezquita sacralizada tras la "reconquista". No es descabellado pensar que fue con ocasión de estas obligadas estancias cuando aprendieron a elaborar manjares propios de la repostería morisca (bizcochos, roscos) y en especial las exquisitas yemas que tan justa fama le dieron: huevo+azúcar= deleite de los sentidos y provocación para los diabéticos. ¡Hasta doscientas cajitas! preparaba cada Navidad la experta Sor Patrocinio, fallecida el pasado año. Desde entonces Las Puras han cesado en la venta de todo tipo de dulces.

PERÍMETRO

Al establecerse la Orden en Almería, Teresa Enríquez escrituró a su favor (1515) las casas y huertas destinadas por su difunto esposo -Gutierre de Cárdenas- a la fundación de un convento femenino. Era la totalidad de los bienes capitalinos recibidos de los reyes Fernando e Isabel de Castilla en premio a su eficaz gestión en la toma de la ciudad. Sus límites iban más allá del actual perímetro que lo circunda: al Este sobrepasaba la calle Lope de Vega; al Norte hasta La Hoya, a la falda de la fortaleza, y al Sur y Oeste, el primitivo Seminario (solar de la en su día polémica Casa Sacerdotal). Tales terrenos pasaron en la antigüedad a propiedad del Municipio en presumibles convenios urbanísticos de los que no se conserva documentación. Aquí nos interesan las actuaciones en el céntrico solar durante el siglo XIX.

El mapa de 1694 nos muestra que en el barrio del Oratorio (La Musalla), entre la catedral (posterior) y plaza del Juego de Cañas o de La Constitución, solo se alza el monasterio de La Purísima. En sucesivos planos vemos como la zona se va adensando hasta su definitiva configuración en la antedicha centuria: ampliación del seminario diocesano, construcción del colegio La Inmaculada (UNED) y retranqueo de la tapia conventual hasta la calle Cervantes. Aunque las cosas pudieron haberle ido bastante peor. Está escrito que en 1843 y 1868 "los progresistas acordaron llevar a las Puras a un convento de la provincia y convertir este en mercado público, y en las dos ocasiones los mismo alcaldes salvaron la situación" (Tapia Garrido). Lo del primer año no es cierto y el segundo supuesto no llegó, es evidente, a producirse. Y aún hubo un tercer amago de traslado que se le escapa.

MERCADO

El alcalde Joaquín Mª Gómez preside la primera sesión municipal en la que se levanta acta -21 de julio de 1849 y no de 1843- y para nada alude al mercado. Ahí debatieron el oficio dirigido por el Jefe Político (gobernador) "excitando el celo de este Cuerpo Municipal para que se ocupe de formar un proyecto en los términos que crea más realizables para una plaza de abastos proporcionada al vecindario, cuya útil empresa ha de contribuir a formar una ventajosa idea del estado de cultura de esta población". El tema pasó a la comisión de Ornato donde durmió el sueño de los justos. Mientras tanto, el mercado seguía funcionando en la Plaza Vieja y la alhóndiga de verduras en el convento secularizado de San Francisco (iglesia de San Pedro, en la Glorieta); con el matadero público a espaldas de las Casas Consistoriales y la lonja del pescado fresco junto a la Puerta del Mar, en la calle Real de la Cárcel.

El 31 de octubre de 1868 es el plenario de Diputación quien dos décadas después reincide. Ahora en aplicación de un "decreto del Gobierno provisional sobre exclaustración y demás disposiciones que rigen sobre la materia; y a su vista proponga lo que sea conveniente para llevar a debido efecto el acuerdo de la Junta Revolucionaria de 14 del actual, relativo a la traslación de las religiosas del convento de esta ciudad a otro de la provincia; y obtener aquel edificio con destino a plaza de abastos". No prosperó en épocas de desencuentro Estado-Iglesia y tampoco lo va a ser en 1875, hecha fracasar la 1ª República Española y restablecida la secular fluidez entre ambos estamentos. Restituida la monarquía borbónica en la figura del joven Alfonso XII, el Ayuntamiento, presidido por Juan de Oña Quesada, vuelve sobre los pasos de la Diputación Provincial al no haber solucionado a estas alturas el problema de la venta al público de comestibles perecederos, en especial hortalizas de la Vega. La sesión de Cabildo de 2 de junio aparentemente parece ignorar, a tenor de la redacción del acta, el "sacrosanto" derecho a la propiedad privada. En ningún momento se hace mención al obligado justiprecio a abonar a la Comunidad en caso de expropiación forzosa:

"… Autorizar al alcalde para que solicite y obtenga del Gobierno de Su Majestad la concesión a este Excmo. Ayuntamiento del edificio del convento de monjas de la Purísima Concepción de esta capital con objeto de destinarlo a la construcción de una plaza de abastos de la que carece esta Población y que pueda facilitar este servicio público, por no haber sitio ni local alguno que pueda destinarse a tan necesario objeto y con cuya mejora podrá dispensarse un gran beneficio a este vecindario que anhela obtenerlo por este medio y para que dicho Sr. Alcalde pueda acreditar su cometido… ".

El actual y remozado Mercado Central de Abastos, por finalizar con el asunto, abrió el 17 de diciembre de 1893, "sin hallarse este concluido, ni la calle que da al Paseo del Príncipe abierta… ". El proyecto del arquitecto Trinidad Cuartara suponía -entre otros adelantos técnicos y decorativos- la incorporación del hierro como material constructivo.

Ya en el siglo XX, fallida resultó asimismo la intención de trasladar aquí (desde Plaza Vieja) la Escuela de Bellas Artes y Oficios. Su centricidad hacía muy "goloso" el convento y en él puso sus ojos su director, quien en instancia de 11 de mayo de 1906 se dirige al Ayuntamiento dando cuenta de "que he encontrado un lugar idóneo para el traslado de la Escuela: a una parte del convento de la Purísima". ¡Hombre, para tal hallazgo no hacía falta estudiar en Salamanca! ¡También yo, si tuviera dinero y me dejaran, me hacía ahí una vivienda con espaciosa biblioteca y jardín!

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