Almería

Condenan a un médico por acoso y abuso a una enfermera

  • En diversas ocasiones "cuando coincidían en el quirófano le tocaba y le hacía proposiciones"

El Juzgado de lo Penal número 5 de Almería ha condenado a un médico por abuso y acoso sexual a una auxiliar de enfermería que trabajaba con él en un centro hospitalario almeriense y a quien sometió a continuos "tocamientos" de índole lasciva y a quien hacía proposiones sexuales al tiempo que la amenazaba con hacer que perdiese su empleo si no accedía durante tres años. La sentencia impone al facultativo, de 62 años, una multa de 21 meses a razón de 12 euros al día como autor de un delito continuado de abuso sexual y otra multa de 10 meses con una cuota al día de 12 euros por un delito de acoso sexual. Asimismo, deberá indemnizar a la víctima con 6.000 euros por los daños morales.

Según considera probado el juez en su fallo, entre septiembre de 2009 y septiembre de 2011, el acusado, quien trabajaba como médico, y la denunciante, auxiliar de enfermería, "compartían habitualmente quirófano" y que, en el transcurso de esa relación laboral, él, "sobre todo en los momentos en los que estaban solos y no podía defenderse", la "tocaba llegando a hacerle proposiciones sexuales y amenazándola con perder su trabajo si no accedía a ello".

En concreto, detalla que, en "diversas ocasiones y sobre todo cuando coincidían en el quirófano", la besaba en el cuello y en los labios, "la abrazaba por detras mientras que ella tenía las manos ocupadas y no podía evitarlo", le "restregaba los órganos genitales contra el trasero, metía la mano por el escote para tocarle el pecho en numerosas ocasiones, llegando a hacerlo alguna vez por debajo de la ropa".

El juez remarca que lo hizo "sin que ella accediera" y subraya que se "lo quitaba de encima en cuanto podía de un codazo o golpeándole en la pierta" al tiempo que destaca que el condenado se "aprovechaba de la relación de trabajo de ambos, de su condición profesional y del tema de ella a ser despedida si se negaba".

Indica que ha resultado acreditado que le dijo que "podía perder su empleo" si no accedía a sus proposiciones y que se dirigía a ella con expresiones impropias y vejatorias. La sentencia recoge que la víctima sufrió como consecuencia de estos hechos una "situación anímica precaria" con ansiedad alta y depresión debido "a la situación estresante".

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